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97 elementos encontrados para ""

  • Misión de verano 2016 en San Nicolas - Veracruz

    En verano 2016, participé en una misión maravillosa en la región de Veracruz, al sur de la República Mexicana con un grupo de jóvenes aspirantes de Casa Manuel, así como algunos voluntarios. Salimos el sábado 9 de julio a las 6:55 a.m., con Don Emilio al volante del autobús. Sin contar a Don Emilio, nuestro chófer, éramos justo doce misioneros: Joseph Mahamba, Marciano López Solís, Jesús Tlecuile Mixteco, Salvador, Gregoria, Carmelita, Hugo Morales Ballesteros, Domingo Sandoval, Liliana Morales, Omar, Juan Manuel y Sebastián Bangandu. El viaje se llevó a cabo dentro de un ambiente muy alegre y con toda tranquilidad. A las 12:35 p.m., llegamos a la parroquia San Egidio Labrador de Cuichapa, en el Estado de Veracruz, donde nos acogió su párroco: el padre Víctor. Allí nos encontramos con otros equipos de misioneros que llegaron antes. Muy rápidamente, el padre Víctor Canchola nos condujo (“los eclesiásticos”) al salón de la curia para darnos algunas directivas a propósito de la misión. Luego nos dirigimos hacia el refectorio para tomar un refrigerio. Mientras tanto, los misioneros, incluidas mis compañeras de misión, estaban siendo entregados a los representantes de toda la misión; cada Comunidad recogió a sus misioneros. Arcelia Cruz y Sabina Ferrer Cuevas fueron las que vinieron por nosotros. Unos minutos después fuimos a la Iglesia parroquial para celebrar la Eucaristía de envío de la Misión: una celebración eucarística viva, animada por un grupo de jóvenes: Rafael Huerta, Carmelo, Cecilio, Hilda, y con Liliana Morales en una de las guitarras. Al final de la Eucaristía, los cuatro sacerdotes, entre ellos tres Misioneros asuncionistas (Padres Joseph Mahamba, Jesús Tlecuile y Sebastián Bangandu), bendijeron e impusieron las cruces de envío a los misioneros. Una vez fuera de la Iglesia, cada grupo de Misioneros se subió en coches diferentes con destino a su sector de apostolado. Nuestro grupo estaba constituido por tres misioneros: Gregoria, Liliana y yo. Teníamos a nuestro cargo la capilla de San Nicolás de Bari, una pequeña unidad habitacional encantadora, situada apenas a unos treinta minutos de Orizaba. Esta unidad habitacional se construyó a propósito de un ingenio azucarero, propiedad del Grupo ASR, que cuenta con 24 millas hectáreas de cultivo de caña de azúcar. Nos llevó el chófer de la parroquia, un caballero jovial de unos cuarenta años. Al llegar, pasamos en frente de la Capilla de San Nicolás de Bari, para que de allí nos llevaran a la casa de dona Mago, enfrente de la Escuela Primaria Emilio Bustamante, donde deberíamos vivir. Como nos quedamos lejos de la Iglesia, teníamos que caminar bastantes cuadras largas para llegar allá todos los días. Después de instalarnos y en cuanto llegamos, fuimos caminando a la Capilla, donde llamaron a un número pequeño pero representativo de la comunidad, para ponernos de acuerdo en qué era lo que íbamos a hacer juntos a partir del día siguiente, domingo, porque ya estábamos ahí los Misioneros. En este primer encuentro con la comunidad, fuimos recibidos, estos tres misioneros, con todo el entusiasmo y buenísima disposición que corresponde a una Comunidad dispuesta y alegre. Nos abrieron los brazos, fueron la mar de atentos y acogedores, cariñosos… Fue el momento donde nos encontramos con la Guardia del Santísimo: Teódulo Bazán Félix, Elvira Porras Montesinos, Marina Pérez, Vicky Márquez Hernández; con la representante del coro: Cristina Montero Montesinos; los jóvenes se presentaron: Axel y Ángel, Montse, Loida, … desafortunadamente, se me escapan los nombres de otros chicos que estuvieron ahí; fueron señoras grandes (de edad); fueron niños… Tuvimos pues, el primer encuentro, recién llegados, luego regresamos a casa. Después de establecer el programa con la Comunidad, recorrimos de nuevo el camino hacia la capilla para la misa de la tarde del sábado. Antes de la bendición final, la señora Arcelia Cruz, asistente y miembro del consejo parroquial de Cuichapa, nos presentó a la asamblea que nos aplaudió calurosamente. La comunidad de San Nicolás de Bari nos acogió a la salida de la misa y nos reiteró la bienvenida. Como sacerdote, mis días fueron especialmente dedicados a las celebraciones eucarísticas y a las confesiones, más numerosos aun, porque la parroquia, que abarca por lo menos veinte capillas, cuenta sólo con un sacerdote. A parte de las confesiones, visité a los enfermos y personas de edad, tanto en San Nicolás de Bari, como en otras dos otras capillas que estaban bajo mi responsabilidad (Loma Del Carmen y Bario de Guadalupe). También visitamos algunas familias con quienes platicamos acerca de lo que es la vida cristiana. Las comidas fueron también ocasiones que aprovechamos para catequizar las familias en dificultades. Además, impartí dos conferencias sobre las indulgencias y la misericordia. Mis colegas misioneras, ellas, se ocupaban a transmitir las enseñanzas ya preparadas por el equipo de coordinación de las misiones, particularmente con los jóvenes, los adultos y los niños sobre diferentes temas bien escogidos. A finales de cada día (más o menos las 10h u 11 de la noche), teníamos que hacer una evaluación de las actividades realizadas y preparar las del día siguiente. Estuvimos siempre muy cansados al regresar a casa. A menudo me iba a dormir después de medianoche (2-3 de la mañana). El viernes, 15 de julio, la señora Gabriela, directora de la Escuela Primaria Emilio Bustamante me invitó a bendecir los locales de su escuela. Esto fue el día de la Ceremonia de Clausura de clases. Varios padres de familia asistieron al evento para responder a esta cita importante para sus niños. Como la Bendición fue antes de dicha ceremonia, casi todo el mundo vino participar en ella. En suma, pasamos momentos agradables y fraternales con esta Comunidad donde las mujeres juegan una gran parte en la vida de la iglesia. Puesto que la mayoría de los hombres de esta pequeña unidad han sido empleados del Ingenio, su asistencia a las actividades espirituales era débil. Los jóvenes también fueron los grandes ausentes, por el hecho de que era el tiempo de vacaciones. La mayoría de entre ellos estaban a fuera de San Nicolás. Pero fueron bien representados sin embargo por Ángel y Axel, dos jóvenes muy activos que tuvimos el placer de conocer. Algunos formaban parte de misioneros enviados a otros sectores de la Parroquia. El sábado, 16 de julio de 2016, antes del regreso a México, nos reunimos en Tenejapa donde tuvimos un gran encuentro de jóvenes. El encuentro se celebró en la Iglesia Parroquial, con la participación de todos los grupos de jóvenes misioneros con cantos, bailes y compartir de experiencias de vida. Como una de las dinámicas de este Retiro de jóvenes, escuchamos el testimonio de vida de los padres Jesús Tlecuile, Joseph Mumbere Mahamba, de la señora Araceli y de Liliana Morales. Después de la audición de los testimonios, me instalé en una de las salas de la gran construcción conexa a la Iglesia Parroquial para confesar a los que lo desearan. Luego, cogimos lugar en el pequeño jardín frente a la iglesia para compartir la comida. Regresamos a San Nicolás de Bari, acompañados por un chofer muy hábil y atento. Para mí, la vuelta a México fue el sábado, 16 de julio por autobús, acompañado por el hermano Domingo Sandoval. Al término de esta experiencia de misión, podemos sólo devolverle la gloria a Dios por el trabajo apostólico realizado. Mil gracias a la Fraternidad Asuncionista que nos dio la oportunidad de tener esta experiencia maravillosa; así como al padre Víctor que nos acogió en su parroquia. Gracias a la comunidad de San Nicolás de Bari por su cariño, acogida y calurosa vida. Gracias a todos los bienhechores que ayudaron a la realización de esta misión. Muchísimas gracias a Liliana Morales quién, además de ser colega de misión, corrigió y perfiló el texto de este artículo. Que Dios sigue bendiciendo a todos. ¡Nos veremos en la próxima semana santa! P. Sébastien Bangandu, a.a.

  • Encuentro de formadores Latinoamericanos en Brazil

    El día 13 de mayo del 2019 por la tarde la comunidad de noviciado “Espirito Santo Do Pinhal” recibió a 14 padres asuncionistas formadores de las comunidades de América Latina: Este encuentro se llevó a cabo del lunes 13 al viernes 17. Los participantes fueron los padres: Luis Gonzaga, Marco Antonio, Justin Munga, Marco Aurelio, Joao Gomez, Celio, Roger Wasukundi de Brasil; Flavio Bustos Castillo, Louis Kivuya, Jesús Tlecuile de México; Bolivar Lukenzano, Jorge Rojas. Como de costumbre, todo inició con una misa de acción de gracias celebrada por el provincial de Brasil el Padre Luis Gonzaga, durante la misa dio cálidamente la bienvenida a todos los participantes de este encuentro. La misa fue animada para los 4 novicios de esta Comunidad. En efecto, este encuentro de los formadores de tres provincias ha tenido como objetivo compartir las experiencias de la formación que se viven en cada país en que nos encontramos y sin salir de nuestra Regla de vida y de la Ratio Institutionis, observar y evaluar los acontecimientos recientes en este contexto. Sobre todo, revisamos esta formación según la realidad que tenemos hoy en día en América Latina, con desafíos y éxitos de los jóvenes que quieren integrarse o que están con nosotros. Por eso, los formadores de la Provincia de Brasil nos ayudaron a reflexionar sobre los procesos de formación con sus valiosas experiencias y aportaciones. Así, estuvimos presentes tres formadores de la Región de México, tres de la Provincia Andina y ocho de la Provincia de Brasil. Estos días en Brasil, fueron de gran vale y provecho. Siempre el evaluar el caminar de cada comunidad y el exponerlo compartiendo estas experiencias con los demás, nos beneficia enormemente y nos anima a seguir andando el camino de la formación desde la perspectiva de Amor a Cristo, a su Reino y a la Asunción, por manos de María Santísima nuestra Madre. P. Louis Kivuya Muke, a.a.

  • Conquistado por Cristo!

    El día sábado 6 de abril de 2019, en la capilla de la parroquia Emperatriz de América, el padre Flavio Bustos Castillo recibió al aspirante José Alberto Mejía Peña, como postulante asuncionista. ¿Quién es Alberto Mejía Peña? Alberto Mejía Peña nació el 20 de septiembre de 1999, hijo de Roberto Mejía Balderas y Silvia Peña Campos, tiene cuatro hermanos de los cuales él ocupa el tercer lugar. Es originario de San Juan Calmeca en el estado de Puebla. Prestaba servicio en su parroquia atendiendo grupos juveniles desde la coordinación; además de pertenecer al grupo de liturgia, fue secretario en el consejo de pastoral. En el año 2012 las Religiosas de la Asunción hacen una misión en la comunidad de Alberto, propiamente en la parroquia, momento en el que conoce a la Asunción desde la rama femenina. La Madre Josefina Flores promoviendo la parte vocacional en los jóvenes los invita a participar en un discernimiento que constaría de 2 años; durante ese periodo Alberto comienza su aventura en el descubrimiento de una vocación específica, dejándose guiar y respondiendo poco a poco con la claridad de una verdadera vocación. Durante ese periodo de acompañamiento vocacional fue acercándose mayormente a las Religiosas de la Asunción (R.A.) conviviendo con ellas y conociendo la forma pastoral y la cercanía que tenían con el pueblo, a si también haciéndose participe de sus actividades. En ese trance fue cuando llego el tiempo de culminar el acompañamiento vocacional; organizados por la Madre Josefina se planea un encuentro en Francia que sería el momento para tomar una decisión después de haber discernido. Tal evento se realiza en los meses de agosto del 2017, duraba 10 días en los cuales se festejaba el bicentenario del nacimiento de Santa María Eugenia fundadora de las Religiosas de la Asunción, participaron un aproximado de 200 jóvenes de 32 países, incluidos 20 mexicanos. Fue en este encuentro en el que conoció a Erick Samson un sacerdote Asuncionista francés, es ahí donde surge el deseo de conocer a los Agustinos de la Asunción rama masculina. A su regreso a México la Madre Josefina le pone en contacto con Louis Kivuya Muke sacerdote Asuncionista y es en este momento en el que ingresa oficialmente a una comunidad religiosa, el día 27 de abril del año 2018. Trascurrido el periodo de conocimiento de la comunidad toma el postulantado el día 6 de abril de 2019. Le deseamos una exitosa experiencia de vida asuncionista. Rafael García Rodriguez, aspirante a.a.

  • Fraternidad D'ALZON

    El pasado domingo 12 de enero del año en curso, tuvimos un encuentro con familiares y amigos de las Oblatas de la Asunción, en la comunidad de Marie Correnson, Jalapilla Orizaba. Participaron algunos familiares y amigos de las hermanas mexicanas Ivonne Rodríguez y Elizabeth Velázquez, la familia de una de las candidatas a la vida religiosa que provienen de Paraje, también algunas amigas de la Ciudad de México y un amigo de Naranjal. El encuentro comenzó con la misa en la capilla de San José de Jalapilla, después en casa de las hermanas tuvimos un tema con el padre Chano, Asuncionista, quien nos compartió el tema: Los laicos en la Asunción, en que nos señaló la importancia del laico para nuestro fundador el Padre Emmanuel D’Alzon, desde el inicio de su sacerdocio y para las dos congregaciones que él fundó. Nos ayudó a comprender que el laico Asuncionista está llamado a construir el Reino de Dios junto con los consagrados de nuestras comunidades religiosas y así conformar la gran familia Asuncionista, que tiene como finalidad realizar la obra donde Dios está amenazado en el hombre mediante las obras y proyectos que asume nuestras congregaciones y por lo tanto son parte importante de la misión que se nos encomienda en cada lugar donde nos encontramos. Posteriormente tuvimos un pequeño espacio de alabanzas y dinámicas, para después dar paso al compartir de la experiencia de Norma y Guadalupe en el Congreso de Laicos realizado en el mes de julio de 2018 en Santa Fe Du Sul, Brasil, su experiencia nos motivó a todos a desear participar en el siguiente Congreso Internacional de Laicos. En otro momento las hermanas Ivonne y Elizabeth, presentaron la misión que realizan en Paraguay, comenzando por una breve explicación sobre lo que significa la Fraternidad D’Alzon, presentada muy claramente por la Hna. Ivonne Rodríguez Luna, mencionó los tres niveles en que los Laicos pueden estar unidos a las Oblatas de la Asunción: al Amistad, la Misión y la Promesas evangélicas. Posteriormente la hermana. Elizabeth mostro el proyecto que tenemos en la segunda comunidad del Paraguay, el Centro Educativo Infantil No. 8087 Hermana Marie Le Féron. Uno de los objetivos se este encuentro fue el motivar a los participantes a conformar el equipo de coordinación de la Fraternidad D’Alzon en México. Se dio ese gran paso de conformar el grupo que va animar a los familiares y amigos de las Oblatas. Quedo conformada de la siguiente manera: Guadalupe Osnaya, coordinadora; Martha Velázquez, suplente de coordinadora; Bibiana Martínez Secretaría; Norma Ruiz, tesorera; Nael Sánchez, difusión y comunicación. Este equipo estará acompañado de las hermanas de Orizaba, quienes de cerca estarán orientando al grupo. De nuestra parte agradecemos a Dios por las personas que ha puesto en la vida de las Oblatas, especialmente por estas que han querido asumir el compromiso de ayudar a la construcción del Reino de Dios y pedimos la Intercesión de la Virgen María de Guadalupe para que interceda por cada uno de nuestros familiares, amigos y bienhechores. Oh Señor… Venga tu Reino. Hna. María de Los Ángeles, o.a.

  • Las Oblatas de la Assunción en la pastoral vocacional diocesana

    El equipo de pastoral vocacional de nuestra Diócesis de Orizaba Veracruz al iniciar el ciclo escolar 2018-2019 fuimos bendecidos con un nuevo coordinador diocesano el P. Javier Martínez Rivera el cual hizo la invitación a las consagradas de esta diócesis a trabajar en favor de las jóvenes y se formó nuevamente el equipo de pre-vida. En el mes de septiembre se realizó la invitación a todas las animadoras vocacionales de las diferentes congregaciones a trabajar junto con nuestro equipo diocesano que está integrado por 12 religiosas provenientes de diferentes congregaciones. Comenzamos este caminar de la pastoral vocacional queriendo volver a implementar los pre-vidas vocacionales por lo que propusimos cambiar la palabra PRE-VIDA por ENCUENTRO, pues tenemos presente que aunque existe la necesidad de vocaciones en nuestra Iglesia y en nuestras comunidades, lo primero que deseamos es provocar en las chicas un ENCUENTRO con Jesús, un encuentro con ellas mismas y después a través de un acompañamiento encontrar su vocación en los diferentes estilos de vida y “pasar de la pesca a la siembra”. El primer “Encuentro vocacional” (Antropológico) fue del 20 al 23 de diciembre de 2018, se realizó en el Colegio San Luis de Gonzaga de esta ciudad, el cual pertenece a las Hnas. Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, donde participaron 51 chicas, la respuesta fue muy grata pues después de casi 4 años donde la participación fue mínima, en esta ocasión se tuvo un número favorable y las chicas mostraron participación, dinamismo y alegría por descubrir el plan de Dios en su vida. En el mes de marzo del 15 al 17 se tuvo el 2 Encuentro vocacional (Cristológico) donde participaron 31 chicas, en este Encuentro observamos a las jóvenes más comprometidas con su proceso vocacional y algunas al finalizar compartieron que ya van descubriendo por donde las llama el Señor, eso es algo que nos motiva a seguir trabajando con entusiasmo por las vocaciones y de forma particular por las que se nos han confiado este tiempo. Puedo concluir que esta es una nueva experiencia a nivel personal y a nivel congregacional, pues uno de los objetivos de nuestra presencia en México es trabajar en la Pastoral vocacional, lo cual me ha implicado conocer el método de trabajo de esta Diócesis y aprender a hacer equipo con las diferentes congregaciones participantes, ha sido una buena experiencia donde ha existido retos, cambios de mentalidad, e insertarme con alegría y entrega en esta pastoral que se me ha confiado y que amo mucho. Hna Maria de los Angeles SAASITA, o.a.

  • Manuel D'Alzon, un modelo de vida joven !

    Este encuentro juvenil D’Alzoniano 2018, ha sido de muchas emociones. Contamos con la participación de Jóvenes en un ambiente diferente a sus vidas cotidianas, jóvenes fuera de su zona de confort, jóvenes con adicciones y problemas. A pesar de todo esto, no carecemos la alegría que caracteriza al joven siempre movido e impulsado por el espíritu, el mismo que acompañó a Manuel D´Alzon. Cada joven comprometido aportó para este gran evento su entusiasmo, expectativas y un sinfín de sonrisas con vistas al Reino. En medio de los jóvenes se pudo respirar siempre un ambiente de gran alegría. Ayudados por los coordinadores y misioneros asuncionistas, cada uno de ellos dejó florecer la enorme capacidad de amar y ser amado. Además, cada uno tenía el potencial de encontrar inquietudes por las diferentes vocaciones. Así se motiva al joven para ir más allá, poniendo al servicio del prójimo todo lo necesario insertando. El único objetivo es tener el amor de Dios en sí mi smos y en los demás. Una frase que cambia totalmente la mentalidad de un joven comprometido al servicio de la iglesia es; “Somos especialistas en el amor, pero un amor temporal”. Estas palabras pueden sonar sin sentido o tan liquidas como la sociedad en la que vivimos. Pero guiadas por uno de los padres asuncionistas, hacen eco en la mente y corazón del joven que lo escucha y logra así un cambio positivo de los que en verdad el mundo necesita ¨Jóvenes por el Reino”. Cada D’Alzoniano va a tener una experiencia diferente. Siempre vas a tener la oportunidad de ver caras nuevas o tal vez las mismas de siempre, pero en cada uno de esos jóvenes se verá reflejando el amor. A veces los jóvenes somos juzgados por “el amor loco” que le tenemos a Dios, tal vez por nuestra de actuar, de vestirnos, de pensar. Y es difícil recibir las burlas de los demás. O a veces la falta de apoyo de nuestra misma familia, de amigos. Pero es importante tener presente siempre a Dios en tu corazón, porque a Él muchas veces lo juzgaron, se burlaron de él, lo escupieron. Pero siempre tuvo la cara en alto por el Reino. Por nosotros que nos ama incondicionalmente a pesar de todo, tenemos que tener la cara en alto y seguir llevando el mensaje “Venga tu Reino” a cualquier lugar. Finalmente, como joven valiente, joven como D´Alzon “toma tu cruz y sígueme”, es para mí la experiencia en este encuentro D’Alzoniano numero veinte. Iris Tello Fraternidad Asuncionista

  • Encuentro juvenil Dalzoniano

    El Encuentro juvenil Dalzoniano, es la reunión de todos aquellos jóvenes que han tenido contacto con el carisma y la espiritualidad de la Asunción, con motivo de un aniversario más del paso a la vida plena de nuestro fundador el P. Emmanuel D’Alzon. Los participantes se reúnen con la intensión de profundizar sobre la vida y obra de nuestro fundador, su tiempo y sus retos, su espiritualidad y sus conflictos. Pero también en esta reunión se compartan las experiencias vividas en este caminar de ser cristianos desde las intuiciones de nuestro fundador. Este encuentro va dirigido a todos los muchachos y muchachas, así como laicos comprometidos, que han caminado con nosotros en misiones de Semana Santa, misiones de verano, misión de adviento, Encuentros juveniles, convivencias, Pascuas Juveniles, Veladas, Retiros, etc. El Dalzoniano por estas características y a quien va dirigido, se concentra en tres dimensiones: Existencial, que lleva al joven a valorar su vida, su familia, su entorno, su historia y lo coloca ante su realidad como protagonista. Animación misionera: coloca al joven ante el proyecto del Reino de Dios, lo insta a dar testimonio de su vivencia cristiana en su persona y su entorno y lo compromete a compartir su fe con los demás en las misiones, y a participar activamente en su comunidad local en el servicio a la Iglesia como catequistas, coordinadores juveniles, encargados de capilla, organizadores de encuentros retiros, veladas, coros, etc. Promoción vocacional: ayuda a que el joven se plantee la posibilidad de vivir una experiencia de discernimiento vocacional en la que descubrirá si Dios lo llama a la vida religiosa o sacerdotal, en una comunidad religiosa, en una diócesis, o como laico comprometido en la sociedad. Esto último se propicia con un panel vocacional y una feria de las vocaciones, a la que se invita a distintos Institutos de vida Consagrada, masculinos y femeninos, sacerdote diocesano, y laicos comprometidos. Esta aventura inició hace 20 años. La idea es ir cambiando de sede cada año para que los jóvenes tengan la oportunidad de conocerse, convivir entre ellos y compartir la alegría de haber sido llamados por Dios a la Vida, al seguimiento de Jesús y a construir el Reino de Dios en sus ambientes. Las sedes reconocidas han sido: Magdalena, Rio Moreno, Mata Tenatito, Loma Mulato, Ciudad de México, Providencia, Coetzala, Zapoapan, Naranjal, Cuichapa, Tlilapan. El reciente Encuentro Dalzoniano tuvo lugar en Jalapilla-Veracruz. Hno Hugo Fernando Morales Ballestero, a.a.

  • Hermano Brian en Tlilapan - Mexico : Discernir el cuerpo

    El fascinante viaje que hice desde Boston a la Ciudad de México (CDMX) duró cuatro horas y media. Me sorprendió que uno pueda despertarse en su propia cama y ser transportado a un mundo completamente nuevo para la hora de la cena. A pesar de la ligera falta de aliento que experimenté ese primer día como resultado de la impresionante altitud de la ciudad, inmediatamente me sentí como en casa en nuestra comunidad local de la Parroquia Emperatriz. Aunque impregnada de los sabores distintivos de la región, la esencia de nuestro carisma común de la Asunción era palpable, lo que me permitió una transición rápida y sin problemas. Qué alegría fue experimentar de primera mano la encarnación de la intención del Padre d'Alzon de que, como Asuncionistas, seamos “simplemente católicos, pero tan católicos cómo es posible ser,” en toda su diversidad unificada. Después de pasar una semana en CDMX, fui transportado a nuestra nueva comunidad en la Parroquia de Santiago Apóstol en Tlilapan, Veracruz. Poco después de mi llegada, el alcance de la misión se hizo cada vez más claro cuando acompañé al Padre Oswaldo a cinco capillas remotas donde celebró misa para los fieles lejanos. ¡Fue muy alentador ver a estas comunidades remotas de la Madre Iglesia tan vibrantes y prósperas! Parecía evidente que la Misa no era simplemente una tarea cristiana relegada a la periferia de las vidas de las personas, sino que era el centro mismo en torno al cual giraban sus vidas. Hacia el final de nuestro tiempo en Veracruz, Daniele y yo nos unimos a más de 60 jóvenes misioneros, una tarea apostólica de dos semanas cuyo objetivo principal fue la extensión del Reino de Dios, en particular entre los pobres. Fue en tales esfuerzos que nuestra contemplación y acción estuvieron unidas, dando cumplimiento al mandato de San Pablo de que seamos “siervos los unos de los otros por amor.” Estamos llamados no sólo a reconocer las alegrías y los sufrimientos de nuestros vecinos, sino también compartirlos como si fueran nuestros, con la disposición de ser evangelizados en el proceso. De la misma manera que somos llamados a “discernir el Cuerpo” al recibir la Sagrada Eucaristía, también deberíamos ser muy conscientes de Cristo presente en nuestro prójimo. El cielo no es simplemente un lugar al que esperamos llegar algún día. Por el contrario, estamos destinados a vivir la vida del cielo aquí y ahora, para hacer que el Reino de Dios influya en todo lo que hacemos y decimos. Durante mi tiempo en México, lejos de las rutinas y obligaciones de mi vida “regular,” fue más fácil estar “en llamas” por Dios. El desafío, supongo, fue permitir que esta experiencia cubriese e impregnara mi vida diaria; descender la montaña siguiendo la Transfiguración y ser transformado fundamentalmente. Al igual que los apóstoles en el monte, hay un deseo demasiado humano de “hacer cobertizos” con la esperanza de enmarcar y preservar estos momentos de mayor conciencia. Sin embargo, estamos constantemente inundados con la gloria de Dios. Nos corresponde a nosotros desarrollar nuestros sentidos espirituales para que podamos percibir fácilmente su presencia en medio de nosotros mientras avanzamos hacia él poco a poco, escalando las alturas de la virtud asuncionista. Hno Brian Verzella, a.a. Discerning the body The flight to Mexico City from Boston is a short four and a half hours. Despite all of our modern marvels, somehow it still astounds me that one can wake up in his own bed and be transported to a whole new world by dinnertime. Despite the slight shortness of breath I experienced on that first day as a result of the city’s impressive altitude, I immediately felt at home in our community at Parroquia Emperatriz. Though suffused with the distinct flavors of the region, the essence of our common Assumption charism was palpable, enabling a quick and seamless transition. What a joy it is to experience firsthand the embodiment of Father d’Alzon’s intention that, as Assumptionists, we be “simply catholic, but as Catholic as it is possible to be,” in all of its unified diversity. Having spent a week in CDMX, I was ferried to our fledgling community at Parroquia de Santiago Apóstol in T’lilapan, Veracruz, passing along the way the imposing Pico de Orizaba, which makes even the most imposing mountains of New England appear rather tame. Shortly after my arrival, the scope of the mission became increasingly clear as I accompanied Father Oswaldo to five remote chapels (one-third of the total in our care) where he celebrated Mass for the far-flung faithful. It was very encouraging to see these remote outposts of Mother Church so vibrant and thriving! It seemed evident that the Mass was not simply a mundane task relegated to the periphery of the peoples’ lives, but was the very center around which their lives revolved.  In addition to teaching English classes in nearby Jalapilla, one of the duties allotted to Brother Daniele – my traveling companion and confrère – and I, was the daily [Celebración de la Palabra]. While this seemed a rather daunting obligation at first, especially given my limited grasp of the language, I quickly grew very fond of this solemn assignment and of the community that I was honored to serve at Capilla de San José. Towards the end of our time in Veracruz, Daniele and I joined 60 volunteers in la misión Asuncionista, a two-week [campaign] whose [objetivo fundamental es la extension del Reino de Dios,] in particular among the poor.   It is in such endeavors that our contemplation and action are united, giving flesh to Saint Paul’s mandate that we be “servants of one another through love.” We are called not simply to recognize the joys and sufferings of our neighbor, but to enter into and share them as if they were our own, with a readiness to be evangelized in the process. Just as we are urged to “discern the Body” when receiving the Holy Eucharist, so too should we be keenly aware of Christ present in our neighbor. Heaven is not simply a place we hope to get to one day. Rather, we are meant to live the life of heaven here and now, to bring God’s Kingdom to bear on all we do and say. During my time in Mexico, far removed from the routines and obligations of my “regular” life, it was admittedly easier to be “on fire” for God. The challenge, I suppose, is to allow this summit experience to permeate my daily life; to descend the mountain following the Transfiguration and be fundamentally transformed. Like the apostles on the mount, there is an all-too-human desire to “erect tents” in the hopes of framing and preserving these moments of heightened awareness. However, we are constantly inundated with God’s glory. It is for us to develop our spiritual senses that we may readily perceive His presence in our midst as we advance toward him by degrees, scaling the heights of virtue.                                                                                                            Hno Brian Verzella, a.a.

  • Experiencia apostólica del hermano Daniele en Tlilapan - México

    El regreso de México ha sido como el despertar de un sueño que uno nunca desearía despertarse. El desafío para mí, ahora, es cómo vivir de las gracias que recibí durante esos dos maravillosos meses. ¿Cómo esta experiencia se volvió tan impactante para mí? Vuelvo a esa virtud que siempre ha sido una luz de guía en mi camino: confianza. Primero experimenté la alegría y la libertad de confiar en el Señor cuando estudié en Urbino, Italia, durante mi tercer año en Assumption College. Al entregar mis planes a Dios en ese tiempo, comencé a verme a mí mismo como su hijo amado. Él trajo personas a mi vida que se regocijaron libremente en mis dones y talentos, quienes me demostraron que sí tenía algo bueno que dar al mundo. Esta experiencia dio lugar a una alegría profunda y duradera. México, para mí, se convirtió en otra experiencia de confianza. Desde que ingresé a los Asuncionistas, he tenido un gran deseo en mi corazón de marcar una diferencia real en las vidas de las personas llevándolas a la verdad y a la vida en Jesucristo como un sacerdote religioso. Pero también me he cuestionado, “¿Dios quiere que sea un sacerdote religioso?, ¿La vocación de sacerdote y la vida religiosa asuncionista era realmente mi vocación, o era solo un espejismo? Cuando me bajé del avión en México, hice una promesa al Señor de que me entregaría por completo a esta experiencia, a lo que su voluntad me reservara. Y desde el primer día, esta confianza dio mucho fruto espiritual. Especialmente quiero agradecer al Padre Oswaldo por asignarme para San Andrés. Mi vida como religioso asuncionista debe ser una de confianza en Jesús, en cada momento. Me maravillé de cuán fácilmente nuestros hermanos y hermanas en San Andrés me abrazaron como uno de los suyos, cómo estaban más que dispuestos a verme como su “padrecito.” Mis predicaciones ciertamente no eran notables, y me tropecé con las palabras a veces durante las celebraciones de la Palabra, pero eso no pareció importarles a los fieles que conocí en San Andrés y en misión en Cañada Blanca. Creyeron que Dios estaba trabajando a través de mí, y eso fue suficiente para que ellos tuvieran fe en mí. Esto me enseñó una gran lección: en la vida religiosa estamos llamados a ser instrumentos de Dios. Las palabras que decimos durante las celebraciones no son nuestras propias palabras, sino las palabras de Dios. Debemos estar dispuestos a ser sus instrumentos y vernos a nosotros mismos como tales. Todo lo que somos, todo lo que hacemos, estamos destinado a ser un reflejo de la gloria de Dios. San Ireneo de Lyon lo dijo mejor: “La gloria de Dios es la persona humana plenamente viva.” Mi tiempo en México fue una experiencia de sentirme plenamente vivo, y sabía que Dios se regocijó en esa vida conmigo. Los frutos del ministerio fueron una prueba de que Dios realmente quiere que yo sea un religioso Asuncionista. Además, él quiere que yo cuide y viva de esas semillas de entusiasmo y alegría que Él plantó en Urbino. Quiero agradecer a todas las personas que conocí que afirmaron esto para mí todos los días. Avanzo en mi camino sostenido por el amor que Dios me ha demostrado a través de todos ustedes. Hno Daniele Caglioni, a.a.

  • Apostolic experience of Brother Daniele in Tlilapan - Mexico

    Returning from Mexico has been like waking up from a dream that one wishes would never end. The challenge for me, now, is how to live from the graces I received during those two marvelous months. How did this experience become so impactful for me? I come back to that virtue that has always been a guiding light in my camino: trust. I first experienced the joy and freedom of trusting in the Lord when I studied in Urbino, Italy, during my third year at Assumption College. In that handing over my plans, my desires, to God then, I began to see myself as His beloved son. He brought people into my life who freely rejoiced in my gifts and talents, who showed me that I did have something good to give to the world. This experience gave rise to a deep and enduring joy. Mexico, for me, then became another experience of trust, since entering the Assumptionists, I've had a great desire in my heart to make a real difference in people's lives by leading them to truth and life in Jesus Christ as a religious priest. But I have also questioned, ''Does God want me to be a religious priest? Can He really use this young man, or is this only temporary?'' Was Assumptionist religious life and priesthood really my vocation, or was it just a mirage? As I stepped off the plane in Mexico City, I made a vow to the Lord that I would give myself completely to this experience, to whatever His will had in store for me. And from the first day, this trust bore great spiritual fruit. I especially want to thank Padre Oswaldo for assigning me to be the pastor of San Andres-Tenejapan. With this assignment, Padre Oswaldo sent me out on to deep waters, as Jesus called Peter to follow Him in the storm in the Gospel of Matthew. I don’t think Padre Oswaldo knew how I respond to such a summons, but I thank him deeply for having faith in me. His trust was the seed that lead to a great flourishing of trust in my own walk with Christ. I realized that whatever challenge He would call me to in my life, as long as I kept my eyes fixed on His love and mercy, I could walk over deep waters, as Peter did. It was when Peter looked at himself and his surroundings that he began to sink into the sea. Fixating on his own weakness and limitations kept him from trusting Jesus, and this is a common theme in my own life. My life as an Assumptionist religious and priest must be one of trust in Jesus, at every moment. I marveled at how readily our brothers and sisters at San Andres embraced me as one of their own, how they were more than willing to see me as their “padrecito.” My homilies were certainly not remarkable, and I stumbled over words at times during the services, but that did not seem to matter to the faithful I met in San Andres and on mission in Cañada Blanca. They believed that God was working through me, and that was enough for them to have faith in me. This taught me a great lesson: in religious life and priesthood, we are called to be God’s instruments. The words we say during celebrations are not our own words, but God’s words. We must be willing to be His instruments and to see ourselves as such. Everything we are, everything we do, is meant to be a reflection of God’s glory. Pride, that insisting on putting our own feelings, thoughts, and desires first, can suffocate this kind of life. St. Ireneus of Lyon said it best: “The glory of God is the human person fully alive.” My time in Mexico was an experience of feeling fully alive, and I knew that God rejoiced in that life with me. The fruits of ministry were proof that God does indeed want me to be an Assumptionist religious and priest. Furthermore, he wants me to nurture and live from those seeds of enthusiasm and joy that He planted in Urbino. While He still calls me to conversion every day, He doesn’t want me to change into a completely different person. I want to thank all of the people that I met who affirmed this for me every day. I go forward in my camino sustained by the love that God has shown me through all of you. Bro Daniele Caglioni, a.a.

  • “Evangelizador” en el aula !

    Aurora “Bollo” Maltos Díaz es laica asuncionista desde hace muchos años. Participó también activamente coordinando las misiones asuncionistas en Veracruz que se siguen realizando año con año. Desde que tomamos posesión de la nueva parroquia Santiago Apóstol de Tlilapan, se ha ofrecido junto con Rafael Martínez Guizar y Maricarmen Martínez Álvarez en brindar a los feligreses atractivos talleres de formación en diversos campos. El equipo de redacción de Venga tu Reino le solicitó que nos diera su testimonio sobre esta experiencia apostólica como asuncionista. Leámosle: Desde que inició mi llamado a la docencia universitaria en el campo del diseño, en todos estos años me he percatado que ser maestro es renovarte continuamente, buscar cada año nuevos métodos y maneras de preparar tu clase, de apasionar a tus alumnos y lograr con ellos los mejores proyectos, moldearlos y que descubran su potencial; surge entonces el enorme deseo de que el propósito de tu curso les forme contundentemente y tu experiencia sea un don que pones a su servicio; te vuelves en cierto modo un “evangelizador” en el aula. ¡Qué decir entonces! yo maestra, de mi verdadero Maestro de Vida, ¡Cristo! Él quien a través de la espiritualidad asuncionista tocó mi corazón y nada volvió a ser igual en mi vida, me transformó desde la raíz. Mi matrimonio, familia, amistades, trabajo y pastoral cambiaron de sentido porque el centro de todo ello se llenó con Él, se colmó de Él, “la razón más poderosa de nuestro vivir y nuestro actuar”. Por eso, cuando inicié este nuevo camino de misión en Tlilapan y los religiosos asuncionistas nos dieron la comisión de organizar algunos talleres, retiros y encuentros, para mí fue inevitable el volver a entusiasmarme. De inmediato fue buscar nuevas y mejores maneras de diseñar los talleres, su contenido y didáctica, caminos creativos para construir la experiencia, sin perder nunca de vista a los feligreses y su deseo profundo de encuentro con Cristo. Llamada a enseñar por Él y gracias a Él, como en mi día a día en la universidad, el ir cada dos meses a servir en la parroquia de Santiago Apóstol es un talento que me ha sido dado para multiplicarlo a la vez que multiplica en abundancia en mí persona, en mi fe. No hay experiencia más grata que prepararme para compartir, animar y apasionar a otros a continuar extendiendo el Reino desde nuestro carisma, dónde hemos sido llamados en la Asunción. Asuncionista por siempre, “eso que ni qué”. Bollo Aurora Maltos, laica a.a.

  • Encuentro de diálogopara la formación en América Latina

    A fin de revitalizar la relación entre la región de México y las provincias de América Latina (Provincia Andina y Brasil), se organizó un encuentro de formadores. El 7 de mayo 2018, acogimos, en la comunidad de la parroquia Emperatriz de América, a los Padres Bolívar Paluku Lukenzano, Juan Carlos Marzolla Laius y Marcos Antonio Días. Al día siguiente por la mañana, iniciamos el viaje hasta Orizaba, en la nueva comunidad de Casa Manuel de la parroquia Santiago Apóstol en Tlilapan. Los hermanos nos recibieron con gran alegría y nos invitaron a desayunar. Luego nuestros visitantes aprovecharon el momento para visitar la comunidad parroquial y algunas capillas. A las doce de la tarde, nos dirigimos finalmente al encuentro de formadores y superiores, en la comunidad de las Hermanas Guadalupanas que se encuentra en el centro de la ciudad de Orizaba-Veracruz. El mismo día a las 4 de la tarde, iniciamos la junta con una oración y después una presentación breve de cada uno de los miembros. Estuvieron presentes: Juan Carlos Marzolla Laius (superior de la provincia Andina), Marcos Antonio Dias (secretario provincial y responsable de formación de Brasil), Bolívar Paluku Lukenzano (Superior del Teologado internacional de Argentina), Flavio Bustos Castillo (Superior regional de México), Louis Kivuya Muke (responsable de formación de México) y Sébastien Bangandu Mwanza (Formador). El ritmo de trabajo fue de dos veces al día. Un encuentro por la mañana y otro por la tarde. El primer día después de la oración inicial, adoptamos el plan de trabajo para el desarrollo de las actividades de los tres días de encuentro. Luego hicimos la relectura de la última reunión llevada a cabo en Buenos-Aires (Argentina) para recordar los puntos importantes de la formación. Recordamos los requisitos de la formación desde nuestros textos fundadores, la Ratio Institutionis, la Regla de Vida, así como la carta de visita del Padre general. El miércoles, trabajamos más sobre el teologado de Buenos-Aires. Establecimos algunos criterios de admisión de religiosos y propusimos que esa casa tenga colaboración con la casa general en cuanto a los estudios especializados. El jueves, hablamos de la relación que vivimos entre la Provincia Andina, de Brasil y la Región de México. Los intercambios de los tres días de trabajo se enriquecieron con los aportes de todos los presentes especialmente desde la experiencia, esforzándonos, con la intención de madurar siempre y avanzar hacia una mayor capacidad en el acompañamiento a los hermanos que se están formando en nuestras casas y lograr un mayor discernimiento en la idoneidad de los posibles candidatos y luego en el caminar de toda la formación, especialmente en el Teologado de Argentina y el noviciado de Brasil. Finalmente, insistimos sobre el hecho de valorar siempre la multiculturalidad, el respeto y la integración de las diferentes culturas de los formandos y su interacción con sus formadores, los demás hermanos y la comunidad que los recibe. Clausuramos la junta el jueves 10 de mayo a las 12 horas. En suma, este segundo encuentro de formadores nos permitió evaluar el camino ya hecho y proyectar el futuro de nuestra colaboración para el beneficio del advenimiento del Reino de Dios. Louis KIVUYA MUKE, a.a.

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