Asuncionistas-México
Jesucristo es el centro de nuestra vida (RV 2)
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- Historia de los asuncionistas en México
1947 llegan los fundadores a México. Se funda la primera comunidad en San José Insurgentes. Cabe mencionar que había otras dos opciones: Acapulco y Xochimilco. Los Padres fundadores escogieron San José Insurgentes debido a que había colegios allí y así podrían trabajar desde el carisma de la Asunción en la Educación de la juventud. Los fundadores fueron Casino Dubost y Bernardo Guillette. En donde hoy es el comedor de la casa Emperatriz, estuvo la Capilla de la colonia en la que se reunía la gente. En estos tiempos hubo varios proyectos para fundar en provincia, pero solo eran proyectos personales. Así hubo un intento en Apizaco Tlaxcala, donde se pensó en fundar un alumnado, por el P. Roland Guilmain, luego en Polotitlán, Estado de México, rumbo a Celaya, tuvimos una parroquia, que era atendida por el padre Jean Paul Trottier. En los años 60, el primer asuncionista mexicano, Héctor Gómez, hizo su noviciado en Chile, luego estudio en Estados Unidos y en Roma, pero finalmente hacia 1978, después de ser párroco de la Emperatriz de América, salió de la Congregación y dejó el sacerdocio. En los años 70’s se abrió una pequeña comunidad de acogida y formación en un departamento en la calle de Goya en Mixcoac. En esta comunidad se formaron varios jóvenes que hicieron su noviciado en Estados Unidos. Desgraciadamente ninguno perseveró. El segundo sacerdote mexicano, dejó el ministerio ordenado en 1983. En los años 70’s se compraron dos departamentos en las torres de Mixcoac con la intensión de vivir en medio de los obreros y trabajadores. En esta experiencia estaban el padre Teodoro Asarta. Hubo tres candidatos Francisco Paez, Jorge Palencia (sacerdote diocesano), y Jorge Hurtado (diácono permanente). En la década de los 80’s, se tuvo una experiencia en San Bernabé, en el entonces Distrito Federal (DF), allí estuvieron el padre Jean Paul Trottier y después el padre español Tarsicio Lorente. Esta experiencia duró poco ya que cerró a fines de los años 80´s. En 1984 nace el grupo de Laicos Asuncionistas de las cuales aún quedan: Ana Luz Carrión, Olga Irigoyen, Beatriz Urcola, etc. En 1988 se funda Casa Manuel en Ejidos de San Pedro Mártir para separar la casa de formación de la parroquia, siendo el primer superior Camilo Thibault, ecónomo Leonardo Laroque, y miembro de la comunidad José Miguel Díaz Ayllón. En 1995 se compra Casa Dufault para los religiosos que venían de Chile. Allí va de superior el P. Miguel Díaz Ayllón, Leonardo Laroque, como miembro de la comunidad, y Carlos Rodríguez Cárdenas como religioso junto con Armando Echeverri, Eduardo Pazos y Francisco Huerta Tzintzun. Mientras en Casa Manuel solo quedó P. Camilo con 3 postulantes: Oswaldo García Sánchez, Flavio Bustos Castillo y Alberto. En 1996 es el superior el padre Claudio Grenache con Eduardo como ecónomo. En el 97 enferma el padre Claudio y regresa a Boston para curarse y por ese motivo se cierra Casa Dufault, a finales del 1997 y los que vivían allí van a Casa Manuel. Cuando Flavio termina el noviciado regresa a Casa Manuel. En esos tiempos el noviciado era en Chile hasta Roberto Reyes Delgadillo y Jesús Tlecuile Mixteco. Después el noviciado se hizo en Filipinas, USA, y nuevamente Filipinas. En 1998 nace Provoca (Promoción Vacacional Asuncionista), por iniciativa del P. Flavio Bustos Castillo, Alberto y Francisco Huerta Tzintzun, que es un grupo de laicos que apoyaran a la asunción para promover las vocaciones. Inicia la misión en Chiconquiaco y en el 1999 bajan a Omealca ya que el P. Nermi fue transferido a esa parroquia. El padre que quedo en Chiconquiaco después fue nombrado párroco de San Juan del Rio, recién nombrada parroquia, y nos invitó a misionar allí, especialmente en Magdalena de donde es originario el P. Jesús Tlecuile Mixteco. El 22 de enero del 2000 se ordenan Francisco Huerta Tzintzun y Carlos Rodriguez Cardenas, que luego se fue con los diocesanos. Fueron ordenados a la parroquia San Andrés Totoltepec por Monseñor Ricardo Watty Urquidi, obispo de Tepic en aquello entonces. En el año 2003, llegaron a México los hermanos Ngoa Ya Tshihemba Baudouin y Tardif Kakule Muvunga Deogracias de la República Democrática del Congo, empieza así una colaboración entre la Provincia de África y la asunción mexicana que continúa hasta el día de hoy. En el año 2006 México es instituida como Región de la Provincia de América del Norte, el padre Miguel fue el primer Regional. En este año nace el CAIH (Centro Asuncionista de Integración Humana), como proyecto de diaconado del P. Flavio Bustos Castillo. En el año 2009 José Miguel Díaz Ayllón asume como párroco de la Emperatriz, ya que P. Camilo tuvo que regresar a USA por enfermedad. En agosto del año 2009 se funda Casa Larocque, en la parroquia de San Andrés Totoltepec, siendo el superior Flavio y los integrantes de la casa Jesús Tlecuile Mixteco, Roberto Reyes Delgadillo, Magloire Paluku y Joseph Mumbere Mahamba. Durante casi cuatro anos rentan en el pueblo de San Andrés. Oswaldo recién ordenado presbítero es nombrado superior de Casa Manuel. En diciembre 2009 llega el padre Fataki Kakule Mwirawivu de la República Democrática del Congo. En el mismo año (2009) se asume la parroquia de san Andrés y Casa Laroque se mueve a la parroquia de San Andrés. Muere el hermano Magloire Mumbere Katavali, 29 años. Falleció de anoxia por sumersión en el agua en Quimixto, Cabo Corrientes, Jalisco a las 3:00 de la tarde. El 17 de noviembre 2009, se nombra a Flavio párroco de san Andrés Totoltepec. En 2011, Miguel es nombrado Provincial. El Padre Paco Huerta es Párroco de la Emperatriz. En 2013, por problemas de salud, Paco deja la responsabilidad y Ngoa asume como administrador parroquial. En 2015 Flavio es nombrado párroco en la Emperatriz. Joseph Mahamba asume en Casa Manuel como superior del 2013-2016, mientras el padre Fataki Kakule Mwirawivu es nombrado párroco de San Andrés Totoltepec (2013-2016). El 23 de junio 2012 llegan de la República Democrática del Congo dos jóvenes misioneros: Louis Kivuya Muke y Hervé Maboko Nakudianga. El 6 de octubre 2015 llega el padre Sébastien Bangandu Mwanza de la República Democrática del Congo que era misionero en Canadá y vive en comunidad de la Emperatriz, aprendiendo español. En julio del 2016 padre Sébastien es nombrado superior de Casa Manuel y vivirá con padre Fataki, nombrado formador de aspirantes, así como los hermanos Marciano López Solís y German González. El 2 de agosto del 2017 después de haber recibido invitación del Obispo de Orizaba el 2 de abril del 2016 en la ordenación presbiteral de P. Jesús Tlecuile Mixteco, asumimos la parroquia de Santiago Apóstol Tlilapan, trasladando allá Casa Manuel, dejando la casa de Ejidos de San Pedro Mártir rentada con las religiosas. La nueva comunidad de Tlilapan está conformada por el padre Oswaldo García Sánchez (Superior y párroco), Fataki Kakule Mwirawivu (formador de aspirantes), Sébastien Bangandu Mwanza (ecónomo, formador de religiosos a votos temporario y vicario), los hermanos Rodel Cervantes Sapalo y Marciano López Solís y tres aspirantes: Orlando Filiberto Mendoza, Andrés Bedolla Rubio y José Ramiro Cuicahua Zacamecahua. En octubre del 2019, llega padre Roberto Reyes Delgadillo en la comunidad de Tlilapan como formador de los aspirantes, ecónomo y vicario parroquial. El padre Sébastien llega a la parroquia de San Andrés Totoltepec como vicario y ecónomo. P. José Miguel Diaz Ayllón, a.a. Consejero general
- Bendición de la casa de las hermanas Oblatas de la Asunción
El 27 de agosto del presente año 2019, en la fiesta de Santa Mónica, las hermanas Oblatas de la Asunción que radican en México tuvieron el gran honor recibir a Monseñor Eduardo Cervantes Merino, Obispo de la diócesis de Orizaba, para la solemne bendición de su casa en Jalapilla. Esto sucede dos años después de una experiencia de vida comunitaria y apostólica vivida en una casa perteneciente a la comunidad de San Andrés Tenejapan, una de las capillas de la parroquia Santiago Apóstol de Tlilapan, atendida por los Agustinos de la Asunción. Todo comenzó con unas palabras de bienvenida de la Hermana Arlette Kanzira, superiora y ecónoma de la comunidad, dirigidas al Obispo, los Padres Asuncionistas y los amigos y conocidos que vinieron a compartir con nosotros esta gran alegría. Luego llegó el momento de la bendición. Comenzamos con la capilla donde estábamos todos reunidos. Después de las oraciones proporcionadas por el ritual, el obispo comenzó bendiciéndonos a Arlette y la Hermana Marie, luego a los sacerdotes y laicos, finalmente a toda la casa habitación por habitación. La bendición fue acompañada por canciones apropiadas, cantadas espontáneamente por los participantes. Se cerró con una canción de acción de gracias en swahili, a petición del obispo, llamada "shukuruni Bwana kwani ndiye mwema", que se traduce como: "Den gracias al Señor porque es bueno" (Ps 135), interpretada por la hermana Arlette, el padre Sébastien, aa y la Hermana Marie Desanges. Finalmente compartimos una comida fraterna con todos los invitados. Damos gracias a DIOS por esta maravilla y agradecemos los esfuerzos de todas las Oblatas de la Asunción y otros que han contribuido de cerca y de lejos, financiera, espiritual o materialmente para que tengamos un "hogar" en la tierra misionera mexicana ¡Bendito sea Dios! Hna Maria de los Angeles SAASITA, O.A.
- En medio de la tormenta, un espacio para escuchar y calmar el corazón
Con la alegría que nos dejó nuestro año jubilar, los laicos asuncionistas iniciamos este 2021 con un proyecto nuevo, nuestro taller de escuc ha al que hemos llamado: “En medio de la Tormenta un espacio para escuchar y calmar el corazón”. Hace un año todo México escuchaba del nuevo Virus Sars Covid 2, y sabíamos que pronto llegaría a México, pero jamás imaginábamos lo que estaba por venir. El 23 de marzo se declaró la pandemia en nuestro país con la alerta por covid con las consecuencias que ya de todos es sabido. Tomándonos por sorpresa a todos, gobierno local y federal, autoridades en materia de salud, ciudadanía, empezando a dejar graves estragos en mujeres y hombres de cualquier edad, condición social, creencias y valores, golpeando sin piedad uno de lo más preciado que poseemos: nuestra salud, en lo espiritual y en lo físico, dejando en la actualidad poco más de 119 mil personas sin vida con todo el dolor que esto implica. De igual forma, en lo material, la economía ha dejado fuertes huellas, debido a la pérdida de empleos, cierre de comercios. Las escuelas cerradas en todos los niveles, alumnos y profesores intentando una nueva forma de enseñanza, con nuevas técnicas y verdaderas hazañas. Valorando lo que dábamos por hecho, pero en las más de las ocasiones lamentado, añorando, y de manera inconsciente y consiente en nosotros se han quedado huellas de angustia, frustración, enojo. Pues es así que todo esto y mucho más es lo que pretendemos con la gracia de Dios y a la luz de las enseñanzas del Venerable Manuel Dalzón, COMPARTIR y ESCUCHAR en este taller de escucha que se llevara a cabo si nuestro buen Dios lo permite en día sábado 16 de enero de las 7 de la noche hasta las 8:30. Sobre todo, y ante todo ESCUCHAR, pues somos muchas las voces que queremos y quieren expresar esta experiencia personal que sin distinción nos ha dejado la pandemia. El 2020 nos tomó por sorpresa, era algo que se veía venir, hoy 2020, llego y sigue aquí, permanece dejando huellas de miedo, tristeza, angustia. Sin duda el Espíritu Santo ha permitido descubrir maravillas en esta TORMENTA. Y serán estas las que también compartiremos. Una oportunidad muy grande la que nos ofrece Dios en este taller, muchas expectativas ya que como siempre las enseñanzas de nuestro Venerable Manuel Dalzón nos permiten, con iniciativa, audacia y desprendimiento, dar y recibir, a través de la ESCUCHA. Maricarmen Martínez Álvarez Laica asuncionista
- El D'Alzoniano en tiempos de pandemia
En tiempos de pandemia, convertimos el miedo en esperanza y participamos en el encuentro d’Alzon convencidos de que hoy, es cuando el mundo más nos necesita. Frase del D'alzoniano XXII online. Cómo bien dice la frase, fue en tiempo de pandemia, fue un poco más complicado ya que es uno de los primeros encuentros d'Alzonianos realizado de manera virtual, fue un desafío, pero no imposible, sobre todo por la metodología que nos tocó a cada uno desenvolver en los trabajos que realizamos y así sucesivamente. Todo esto nos llevó a tener dificultades para la organización, pero trabajando en equipo logramos sacar adelante todo, claro, no podíamos dejar pasar la celebración de la Pascua de nuestro fundador el “Venerable Padre Manuel d'Alzon” aun en estos tiempos difíciles que estamos viviendo, pues es cuando más tenemos que salir al encuentro del y con el hermano, para trasmitir el reino buscando los medios para esto. Fue así que decidimos transmitir la alegría de ser parte de la Fraternidad Asuncionista por medio de las redes sociales, usando el #Dalzoniano_online, como dice el Papa Francisco “Jóvenes, hagan lío” haciendo resonancia a estas palabras decidimos iniciar este encuentro con los jóvenes valiéndonos de los recursos en línea como son conferencias virtuales. Fue una experiencia muy diferente sin embargo fue maravillosa, trabajar desde una línea diferente a lo que son normalmente los encuentros d'Alzonianos nos impulsó para no perder el espíritu “Asuncionista” y para llenarnos del gozo del Señor Jesucristo, siendo nuestra fuente de inspiración, el padre Manuel d'Alzon. Uno de los temas con el que iniciamos el encuentro fue “la vida de Manuel D'alzon” el cual tuve el honor de desarrollar. Nuestro segundo tema fue “La Asunción y la fraternidad” impartido por nuestro Sacerdote el Padre Oswaldo García, continuamos con “La dimensión social de la fe” desarrollado por Maricarmen Martinez, en el cuarto tema tuvimos como título “ Fraternidad a escala del mundo entero” dado por Marlen Morales , llegando a la conclusión de nuestros encuentro con “la alegría de la fraternidad” por Aurora Bollo. Al mismo tiempo realizamos algunas otras actividades dentro de la cuenta de Facebook. Con la ayuda de ellos y el consejo de Fraternidad todo esto fue posible. Agradezco a todos lo que estuvieron presentes y al apoyo que recibimos de las personas. Karlet Martínez Ponce, miembro del OPAM
- ¿Cómo saber si tengo amigos de verdad?
Seguramente alguna vez te has puesto a pensar sobre quiénes son tus verdaderos amigos. Incluso, por una mala jugada, nos hemos sentido traicionados por las personas que más queremos. Pero ¿Qué significa la amistad? ¿Qué implica ser amigo y tener amigos? ¿Cómo puedo reconocer la verdadera amistad? El P. Emanuel d’Azon nos da ejemplo de la amistad desde una perspectiva cristiana. De hecho, él mismo vive la amistad de una manera tan pura que trasciende todas sus limitaciones, y con su ejemplo, nos encamina hacia el punto central de la amistad: el amor. Es curioso que varios libros sobre d’Alzon aborden el tema de la amistad; por ejemplo, el texto El padre Manuel d’Alzon por dentro, que escribieron nuestros hermanos de chile, comienza precisamente con dicha cuestión. La respuesta a esto es que, durante toda su vida, d’Alzon vivió relaciones de amistad muy profundas. Es más, me atrevo a decir que no se puede conocer a d’Alzon si no es a través de los lazos amistosos que fundó con santa María Eugenia, Louglien d’Esgrigny, e incluso con Felicité de Lamenais, por decir algunos. El origen de la amistad El padre d’Alzon se pregunta en una de sus meditaciones[1] sobre cuál es el origen de la amistad. Dice, acertadamente, que la amistad es la “fuente si no de las emociones más violentas, sí de los sentimientos más puros y duraderos.” Pero para él, dicha fuente no tiene su origen en el hombre. El ser humano dentro de todas sus limitaciones no puede ser el principio de la amistad, ya que la amistad conlleva un sentimiento de amor más puro. “Este principio no está en él [el hombre] y si de él [el principio] participa, se da bien cuenta de que emana de otra parte.” Con esta idea, d’Alzon quiere dar a entender que la amistad viene de Dios. No hay que concebir este concepto de amistad de manera superficial o vaga, sino que debemos percibirla como un sentimiento divino. Por ello, solo una cosa hay por hacer: “creer y luego amar, conocer mediante la fe y luego actuar según el mandamiento nuevo.” En esta última frase está implícita la palabra clave para comprender la amistad como d’Alzon la entendía, es el mandamiento del amor. ”He ahí la amistad en toda su perfección: hay que amar como amaba Jesús.” La amistad se origina de un lazo natural de un hombre con su semejante, sin embargo, el amor que da vida a este lazo surge de Jesús mismo. No solo se origina en Él, sino que en Él se purifica. Pareciera que hay niveles de amistad, uno donde solo es una relación seca y superficial que alguien tiene con otra persona; y la otra, cuando esta relación seca y superficial viene a la vida a través del amor a Jesucristo y en Jesucristo. El amor que se extiende a la humanidad Ahora bien, el amor no solo comprende a dos individuos, sino que se extiende a toda la creación. Es por eso que d’Alzon se refiere al mandamiento de Jesús: “ámense los unos a los otros como yo los he amado.”[2] Al parecer, aquí hace una mezcla de los conceptos amistad y amor refiriéndose a lo mismo como si el amor fuera la esencia de la amistad y dentro de esto está implícita la idea de Dios a manera de cimiento. ¿Puede concebirse algo más maravilloso para los hombres que esta sociedad en que Dios es el principio, el alimento y el término? El amor brota de Dios, por él subsiste y en él llega a plenitud. El amor a los demás, aquí, no parece sino como otro lazo más que nos relaciona con Dios. Pareciera que nuestro amor a Dios aumenta con el amor a todos aquellos a quienes amamos.[3] Es hermoso concebir esta realidad de la amistad como un todo en el amor. El amor nos une con Dios y al mismo tiempo con el hermano. Ese mismo amor es el fundamento de la amistad que debemos tener. Por ello, la amistad es verdadera solo cuando se construye en el amor a Dios. Pero ¿qué sucede con aquellas amistades que se quiebran o desaparecen? d’Alzon dice que una amistad inauténtica se da cuando solo se la busca en el hombre, es decir, cuando no vamos más allá de una simple compañía física, cuando no buscamos al Dios-amor para que venga a dar vida a ese lazo que queremos erigir. En otras palabras, dice “que los corazones no saben gravitar alrededor del centro eterno del amor infinito; es que no saben que para amar hay que creer en la palabra de Dios.”[4] Esta idea nos remonta a lo que comentaba al principio de este texto: hay que creer y luego amar, conocer mediante la fe y luego actuar según el mandamiento nuevo. Consumirnos en la unidad Por otra parte, la amistad requiere de sacrificios. “El sacrificio de nosotros mismos que hacemos para consumirnos en la unidad, nos hace crecer mediante aquellos a quienes nos unimos así, estando ellos mismos unidos a Dios, ya que le pertenecemos también mediante aquellos a quienes amamos y que también le pertenecen.” A veces es necesario deshacernos de todo ese ropaje egoísta para poder vivir la unidad de manera más significativa. Dentro de las relaciones amistosas del P. d’Alzon puedo reconocer dos características prácticas y esenciales: la confianza plena y el interés por el bienestar del otro. Por ejemplo, cuando estaba joven tenía muchas inquietudes vocacionales, una de ellas era ser militar. Hablar de la vocación y de las ideas que están en nuestro interior no es fácil, lo digo por experiencia, sin embargo, d’Alzon confiaba plenamente en su amigo que a través de sus cartas expresaba todo lo que había en su mente y en su corazón.[5] Otro ejemplo es la amistad que tuvo con Felicité de Lamenais. Sabemos que Lamenais estaba a punto de ser condenado por el papa, pese a ello, d’Alzon expresa en una de sus cartas la preocupación que este hecho le suscitaba. De una manera bondadosa y firme siempre estaba a disposición de los demás, haciendo corrección fraterna y acompañando en la fe. Lo mismo vemos en su relación con santa María Eugenia, no solo se trata de confianza o preocupación mutua, sino que establecen su amistad por completo en Dios, tanto así que ambos llegan a fundar la familia de la asunción. ¡Ahora todo tiene sentido! Desde esta concepción de amistad alzoninana, puedo decir que por eso hay muchas personas que llegan a nuestras vidas y se quedan para siempre; porque no solo creamos relaciones superficiales, sino que hacemos crecer la amistad en el amor, en Dios mismo. Piensa en aquel amigo o amiga que conociste en la iglesia, pareciera que es un regalo de Dios con quien compartimos la vida. A veces hacemos oración juntos o pedimos por el bienestar del otro. Otras veces reconocemos el amor en las dificultades, cuando mi amigo o amiga está ahí para apoyarnos y llevarnos a Dios. Hagamos que esta experiencia de amor en nuestras relaciones de amistad se extienda a toda la gente que está a nuestro alrededor. Demos ejemplo de una buena amistad a través de la acción dentro de la iglesia y la sociedad en general. ¡Hoy más que nunca necesitamos alimentar la amistad con el amor puro que solo viene de Dios! Rafael Huerta Ramos, a.a. [1] En la meditación de Junio de 1829. [2] Juan 13:34-35 [3] Emanuel d’Alzón, meditación sobre la amistad, Junio de 1829. [4] Idem. [5] Carta a Luglien d’Esgrigny, 24 de enero de 1830.
- En el marco de la celebración de la fiesta patronal
El pasado 12 de octubre nuestra Parroquia Emperatriz de América celebro su 63 aniversario y en esta ocasión la eucaristía fue precedida por Monseñor Carlos Samaniego junto con todos los sacerdotes pertenecientes a la quita vicaria aquí en la ciudad de México. Durante la preparación y como es costumbre hacer novenario, se tuvieron una serie de actividades que a pesar de la pandemia y la no presencia de los laicos, se pudo llevar a cabo gracias a los medios digitales. Durante la novena que fue del 3 al 11 de octubre se trasmitió por Facebook el rosario en donde encomendábamos a todas y cada una de las familias de nuestra Parroquia y también por la situación que vivimos actualmente en el mundo. En la novena y para ser específicos el 10 de octubre, tuvimos la gracia de que 17 jóvenes pertenecientes a nuestra parroquia recibieran el sacramento de la confirmación en manos de Monseñor Carlos Samaniego. En esta misma Monseñor recordaba a los jóvenes la importancia de la presencia del Espíritu en sus vidas y que ahora como adultos y consientes de todo lo que otorga este sacramento, su misión será dar testimonio de lo recibido en donde se encuentren. La emoción de los jóvenes reflejaba esperanza y entusiasmo por recibir este sacramento. Este mismo día se llevó a cabo una tertulia por Zoom, en la que se compartió la historia de nuestra Parroquia desde su fundación y construcción y al mismo tiempo la participación de los laicos, contándonos sus experiencias con los hermanos asuncionistas que han estado en la parroquia. Siguiendo en el marco de nuestras fiestas, el 11 de octubre, que fue domingo, tuvimos las eucaristías como de costumbre y la feligresía con la debida distancia y los medios de limpieza asistió a cada una de ellas, lo que nos permitió sentirnos en familia y al mismo tiempo resaltar la fiesta de nuestra parroquia. El día llego, 12 de octubre y se inició la gran fiesta a nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América. A las 8 de la mañana nos dimos cita para entonar las mañanitas y algunas canciones más. Algunos laicos de la parroquia nos acompañaron y al final compartimos el pastel tradicional de fiesta. Para las doce del día, estábamos iniciando la Eucaristía precedida por monseñor Samaniego que, junto con la presencia de los sacerdotes del decanato, así como la feligresía que nos acompañaron al gran festejo, compartiendo la fe y la alegría de nuestro ser de cristianos y con la debida atención disfrutábamos de la ceremonia.à Durante su homilía, Monseñor resaltó la importancia de la dignidad de la persona y del gran respeto que debemos tener uno con el otro, de vernos como hermanos, así también nos hablaba del amor creativo que María nos enseña con su presencia e intercesión. Al concluir la Eucaristía, el padre Flavio Bustos Castillo, superior regional de México y párroco, agradeció la presencia de los que estábamos presentes al igual que aquellos que nos seguían por la página oficial de la parroquia. La alegría de todos se dejó sentir y expresar a través del Viva la Virgen de Guadalupe Emperatriz de América acompañado de los aplausos. Después de misa, un pequeño convivio se compartió en el salón parroquial. Jenaro Pulido Rivera, postulante a.a.
- Una salida maravillosa al Xitle
Grupo juvenil Misionero Maranatha, llevamos a cabo una salida al Xitle para poder estar en contacto con la naturaleza, y por medio de la oración con Dios. En efecto, el Xitle está ubicado a la zona comunal de San Andrés Totoltepec. Los ancestros de este pueblo llegaron a estas tierras en el siglo XIII, en el año 1547. En aquel entonces vivían en estas tierras los Tecpanecas. Según las informaciones recibidas de Ángel que nos llevaba a este lugar, las formaciones magmáticas que íbamos a visitar, son producto de la erupción del Xitle. Nos aseguró Ángel que, si el camino está bueno, íbamos a pasar por el Huehuenche, que es una cueva donde los abuelos escondieron las cosas de valor del pueblo durante la revolución. Junto a ese lugar está el espacio dónde los zapatistas colocaban el cañón para atracar el ferrocarril. Salimos de nuestro barrio a las 7:30 de la mañana. Dimos una vuelta a la parroquia San Andrés Totoltepec donde recibimos la bendición del padre Joseph Mahamba, párroco, que además nos regaló bastones que nos aseguraron una subida agradable. Por su parte, Ángel nos proporcionó algunas recomendaciones y nos pidió llevar, entre otras cosas necesarias: ropa cómoda y resistente, agua suficiente, gorra o sombrero, algún alimento (lonche) para compartir, linterna, bolsa para basura, y por supuesto, cubrebocas para el traslado de San Andrés a "La Monera"… Iniciamos el recorrido a las 8:30 de la mañana, con gran entusiasmo y alegría. Cuando llegamos a las faldas del volcán, juntos rezamos el oficio de Laudes. Ángel Benítez llevo a cabo las oraciones. Una vez dentro de la cueva, en las entrañas de la madre tierra, hicimos meditación. ¡La sensación y el sentimiento no lo puedo describir! En el silencio, experimentamos la total oscuridad; sólo se escuchan las gotas caer y las palabras de Ángel que nos llevaban a encontrarnos con nosotros mismos. ¡Fue un momento en verdad mágico! Una vez fuera de la cueva, decidimos subir al cráter muy alto e inclinado. ¡No fue fácil! Hubo a quien le dio "mal de montaña" pero se pasó rápido. Una vez arriba, la vista, la paz, el aire fueron la recompensa y las risas de todos, la alegría del grupo. ¡En verdad padrísimo! Algunos bajaron al cráter y comentan que dentro de sentía una energía muy padre. Por fin, llegó la hora de bajar. ¡Eso estuvo muy divertido y con una adrenalina al 100! Terminamos nuestra gran aventura con la novena del padre Manuel Dalzón. ¡Fue una experiencia en verdad maravillosa! Maru Copado Laica Asuncionista
- Hermanas Oblatas de la Asunción
¿QUIENES SOMOS? Las Oblatas de la Asunción (OA) son una Congregación de vida contemplativa y activa, fundada, en Rochebelle (Nîmes – Francia), el 24 de mayo de 1965, por el Venerable Padre Emmanuel d´Alzon (1810-1880) apoyado por la Sierva de Dios, Madre Emmanuel-Marie Correnson (1842-1990), con una finalidad misionera, ecuménica Y caritativa. Nuestra misión se concretiza en los diferentes apostolados: evangelización, ecumenismo, compromiso al servicio de los más desprotegidos, mediante la asistencia educativa, sanitaria y social. En diálogo con las otras religiones intentamos de avanzar así por los caminos de la promoción del Reino. Todo esto en colaboración con nuestros hermanos Agustinos de la Asunción (A.A.), hijos del Padre Emmanuel d´Alzon. Para nosotras, la contemplación y la acción están unidas en un mismo fin: la Extensión del Reino de Jesucristo. (E.S.P.79), Y el de repintar su icono en cada hombre y mujer de nuestro tiempo. Viviendo en comunidades fraternas, ponemos en común todo lo que somos y todo lo que tenemos, con fin de dar testimonió de la alegría de Cristo resucitado entre nosotros. Con espíritu de familia y de acogida en las diferencias, disponemos nuestras vidas al servicio de la persona, con frecuencia herida por la vida, a fin de aportar nuestra modesta contribución a su reconstrucción y dignidad. En toda parte a donde somos enviadas, suscitamos compromisos al servicio de la Iglesia. Fieles al pensamiento de nuestros fundadores, queremos vivir este proyecto como hijas de la Iglesia, obreras de unidad, que buscan la gloria de Dios y la realización del supremo deseo de Jesús cristo: “Que sean uno” Jn 17, 21). Privilegiamos las actitudes evangélicas de sencillez y humildad, que nos acercan a los pobres y favorecen el diálogo. Hacemos nuestra la palabra del Señor: “Padre, venga tu Reino”, y para destacar nuestra total disponibilidad de Oblata, añadimos a esta primera divisa la respuesta del profeta Isaías: “Heme aquí, envíame” (Is 6, 8). Con la familia de la Asunción, vivimos la Espiritualidad de la Asunción: Amor a Nuestro Señor, a la Santísima Virgen, su madre, y a la Iglesia, su esposa. Este triple amor ocupa el centro de nuestra comunidad fraterna apostólica. Nuestra vida se fundamenta en la oración contemplativa, la oración litúrgica y sobre todo en la Eucaristía. En medio del pueblo de Dios, vivimos los consejos evangélicos a la luz de las virtudes Teologales y según la Regla de San Agustín. PRESENCIA EN EL MUNDO Fundada por la misión, nuestra familia religiosa es un instituto de Derecho Pontificio. Estamos al servicio de la Iglesia universal y damos testimonio de nuestra adhesión al Papa mediante una Obediencia filial. Desde 1868, vivimos nuestra consagración y misión en veinticuatro países de los cuatro continentes: Europa, África, América latina y Asia. Compartimos nuestro Carisma con laicos que desean profundizar su fe y colaborar con la promoción del Reino de Jesús con nosotras. Cumpliendo así el sueño de nuestro fundador: “hijas, iréis más allá de los mares”. LLEGADA EN MEXICO Respondiendo a la invitación de nuestros hermanos Agustinos de la Asunción, más precisa, a la persona del Rev. Padre Miguel Díaz, provincial en aquella época, incentivadas por el padre Kakule Fataki, vinimos a colaborar en su misión, pero también como agradecimiento por el trabajo con los jóvenes, así valorar las primeras vocaciones Oblatas que acompañaron y enviaron para formación en Brasil- Paraguay; antes de nuestra llegada a México. Después de cuatro visitas de prospección llevadas a cabo en el país por ciertas hermanas oblatas, incluida la hermana Luisa Drago en 2012, que vino a buscar a las candidatas mencionadas anteriormente, la hermana Sirlene Militao, en 2014, yo misma, Arlette Kanzira en 2016, feliz por haber encontrado al padre Miguel Díaz y motivada por la experiencia misionera vivida en Cuichapa, actividades Organizadas por el padre Joseph Mahamba y su equipo de laicos Asuncionistas, durante la Semana Santa. En cuarto lugar, en marzo de 2017, llegaron las Superiores mayores, la Hna. Felicia Ghiorghies, Superiora General de las Oblatas, Hna. María Olerina da Rocha, Superiora Provincial de América Latina y su colaboradora, hna. María Aparecida Díaz. Estas últimas, después de obtener el acuerdo de Monseñor Francisco Eduardo, obispo de Orizaba, dispuesto para colaborar con nuestras dos familias religiosas A.A. y O.A., en la animación pastoral de su Diócesis, decidieron la fecha de la implantación de nuestra familia religiosa en Orizaba. En julio de 2017, llegaron las dos primeras oblatas a México. Hna. Ximena Rivas, el día 07 de julio y Hna. Arlette Kanzira, una semana después, el 13 de julio de 2017, fui recibida con alegría por el Padre Louis Kivuya y la Hna. Ximena, en el aeropuerto Internacional Benito Juárez. Nos quedamos en la comunidad de la Emperatriz, recibiendo la atención y los cuidados del padre Flavio Bustos, Superior Regional y todos los demás hermanos que nos mostraron la verdadera hospitalidad agustiniana, invitándonos a sus comunidades. Para así conocer la cultura, la misión de nuestros hermanos, la vida de la Iglesia rezando con los fieles de la Emperatriz y de San Andrés Totoltepec. Tuvimos la oportunidad de estar contacto con las otras ramas de la familia de la Asunción, las hermanas Religiosas de la Asunción en el Barrio de las Águilas, ciudad de México y las Orantes de la Asunción en Tecamachalco, también visitamos la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, estudiamos el idioma español ,visitamos las familias de las jóvenes candidatas a la vida religiosa, y dimos seguimiento a trámites migratorios con la apreciable colaboración de nuestras hermanas Religiosas de la Asunción por el intermedio de la Reverenda Madre María Dolores Espinosa, provincial en aquel tiempo y su administrador, el señor Arturo, que nos facilitaron el ingreso y la estancia en México. El 23 de julio, hicimos la primera visita a Orizaba para conocer la parroquia Santiago Apóstol de Tlilapan y a los líderes de la comunidad de San Andrés Tenejapan, donde las hermanas Oblatas de la Asunción se establecerían; formamos un comité para supervisar las obras de nuestra futura casa. Allá nos encontramos con un grupo de responsables de la capilla y visitamos algunas casas. La presentación oficial de nuestras dos Familias Religiosas (AA y OA) a la Diócesis de Orizaba aconteció el 02/08/2017, durante la entronización canónica de nuestro párroco, el Padre Oswaldo García Sánchez. Casi al final de la misa, nuestro obispo, Monseñor Francisco Eduardo cervantes Merino le pidió que presentara su equipo de animación pastoral, así fueron presentados a la Asamblea las Oblatas de la Asunción y nuestros hermanos AA de Casa Manuel. Estaban bien representados los padres Asuncionistas porque el evento coincidió con el cierre de su capítulo de Aplicación. Hna. María Dolores Espinosa, Provincial de las R.A con su Hna. Verónica nos realzaron con su presencia. Una representación del clero diocesano y de la vida religiosa nos introdujeron muy bien en la Iglesia local. Terminando la celebración, hubo convivio con el pueblo. Probamos los platos típicos de la región: ¡Tamales de rancho! De Mole y otras comidas ricas, una música propia a la ocasión nos animó. Fue un momento de fiesta y de alegría. Nos sentimos recibidos por el pueblo. Momento de dar gloria a Dios que llama a sus elegidos, los consagra y los envía en misión. ¡Que viva el ART! Después de la celebración, las Oblatas regresaron a la Emperatriz para continuar con sus procedimientos migratorios y esperar la disponibilidad de su casa en San Andrés Tenejapan. El 23-8-2017, la comunidad de Emperatriz organizó nuestro descenso en Orizaba, confiándonos al buen cuidado del padre Gary. Su delicadeza nos dejó en admiración. Él bendijo nuestro hogar y luego el cementerio al lado de nuestra casa, recordándonos el compromiso de orar por los difuntos que se encuentran en comunidad de San Andrés, al frente de la capilla, pidiendo su intercesión para nuestra nueva misión. Nuestros hermanos nos echaron la mano cuidando de nuestro traslado hasta al destino en Tlilapan, bajo la responsabilidad del P. Sébastien Bangandu Mwanza. Al llegar a Orizaba, fuimos recibidos fraternalmente en la comunidad Casa Manuel. Al inicio de la tarde, P. Sébastien con los jóvenes en formación nos apoyaron en organizar nuestra casa, luego celebramos la Eucaristía de apertura misionera con los fieles de San Andrés. Este acontecimiento nos recordó a nuestras hermanas mayores que colaboraron en la misión de Oriente con nuestros hermanos AA. Una experiencia llena de espíritu de familia según el deseo de nuestro fundador, padre Emmanuel d´Alzon. Los días siguientes, tomábamos la comida en casa de las familias, fue algo oportuno para acercarnos al pueblo que nos recibió, dejarnos evangelizar por la cultura que nos acoge, por su religiosidad popular y su devoción mariana. Nuestro trabajo apostólico consiste en animar a la comunidad de San Andrés organizando a los niños del coro, la liturgia, en resumen, participando en las actividades de los grupos existentes y la pastoral de escucha. La Hna. Ximena atendía la oficina de la parroquia por un tiempo parcial, acompañando a la comunidad de Quiniatla y apoyando el equipo decanal de liderazgo juvenil. La Hna. Arlette se encargó del mantenimiento y sacristía de la capilla de Jalapilla a tiempo parcial, participando en reuniones de Decanato, pastoral de la salud a nivel decanal y haciendo parte del equipo vocacional Asuncionista encabezado por padre Jesús Tlecuile Mixteco. El 31-10-2017, llega la Hna. Marie des Anges Soki Saa Sita, que vino de la República Democrática del Congo para fortalecer nuestra comunidad. Gradualmente, entró en la dinámica de la animación pastoral como sacristana en la capilla de Jalapilla y miembro de la pastoral vocacional diocesana de Orizaba. Como nuestro nombre bien lo dice, somos religiosas misioneras y colaboramos en la promoción del reinado de Jesucristo, respondiendo a las necesidades urgentes del momento, el 5 de julio de 2017, la hna. Ximena regresó a su país de origen en Chile por razones de salud. Fue reemplazada por la hermana Arlette Kanzira en la oficina de la parroquia donde trabaja en tiempo parcial. Sin embargo, la falta de espacio adecuado para desarrollar nuestro carisma nos llevó a buscar una casa en otro lugar, pero en el terreno de la parroquia Santiago Apóstol. Después de un dialogo fraterno con Monseñor Francisco Eduardo y de recibir su respuesta que no tenía otra casa mayor cerca de Orizaba, con el apoyo de nuestras superiores mayores y nuestros hermanos Asuncionistas, así como un buen equipo de construcción guiado por el P. Roberto Reyes, se logró el objetivo, conseguimos una casa mayor. El 14-03-2019, comenzamos los trabajos de rehabilitación de la nueva casa en Jalapilla. La bendición de esta se llevó a cabo, el 27/08/2019, por Monseñor Francisco Eduardo, Obispo de Orizaba. Estamos agradecidas con nuestro Obispo por su disponibilidad, con nuestros hermanos AA por su apoyo, a la vida religiosa por su presencia y a la comunidad cristiana por su consideración y generosidad. Nuestra familia religiosa comparte su Carisma con laicos que colaborar con la promoción del Reino de Jesús con nosotras. Así, el 21-01-2019, día de la fiesta del bautismo del Señor, después de la conferencia animada por nuestro hermano, el padre Marciano López Solís, a.a., sobre la importancia de los laicos en la vida de nuestro fundador y las dos Congregaciones que el fundó, con la ayuda de nuestras hermanas mexicanas Elizabeth y Ivonne, sus familias y algunos amigos, estructuramos la Fraternidad d´Alzon de México (OPAMx), un grupo de laicos que quieren profundizar su fe, su vocación bautismal al vivir nuestra espiritualidad Asuncionista, rezar por las vocaciones y colaborar en la animación apostólica de la Congregación poniendo sus talentos al servicio de la promoción del Reino de Jesús. Con la gracia de Dios, ya llevamos casi tres años aquí en Orizaba. Todavía, seguimos en situación de implantación para poder desarrollar mejor nuestro carisma de Oblatas de la Asunción, como mujeres con un corazón sensible, que desean llevar la esperanza de Jesucristo a sus hermanos y hermanas. Para esto, trabajamos en el despertar vocacional con el equipo FRATERNIDAD ASUNCIONISTA (FRAS) para conseguir vocaciones para la Iglesia más, también para la Asunción y así ir dando forma a nuestro proyecto OA, actuando con la FRATERNIDAD D´ALZON en la promoción del Reino de Dios a donde se necesita. Nuestro agradecimiento a Dios por todas las gracias recibidas, por la atención de la familia de la Asunción y por todo el cariño de nuestro pueblo. Dios bendiga a todos y a todas. Hna. Arlette Kanzira, O.A.
- Misión, amor y servicio en Oaxaca 2016. Un recuerdo
Mi primera Pascua en México, la celebré en San Juan Coatzospam (Oaxaca), un sector de la parroquia Santa María de la Asunción, situada a 792 km al este de la Ciudad de México, hogar de los pueblos Mazateco y Mixteco. Esta región se extiende en el sureste de México, en los estados de Oaxaca, el este de Guerrero y en el sur de Puebla. Los hermanos (Asuncionistas) Germán González, Irvin Santiago, Louis Kivuya, Marciano López Solís y yo mismo formamos parte de un grupo de 102 jóvenes en total, pertenecientes a diferentes grupos de las pastorales juveniles de la Arquidiócesis de México, de Irapuato (Guanajuato), de Puebla, de San Luis Potosí y también un joven misionero venido de Colombia. La organización de esta misión, así como de muchas otras actividades de este tipo es un signo elocuente que demuestra que la Iglesia mexicana se compromete, cada vez más, a la formación de una nueva generación de jóvenes, cuya visión de la vida está fundada sobre el compromiso y el servicio con los demás, siempre siendo capaces de testimoniar una nueva manera de percibir el mundo, de servir y de vivir la fraternidad. En la parroquia asuncionista Emperatriz de América de México, la pastoral juvenil se enriquece con la iniciativa de “Misión Amor y Servicio (MAS)”, llevada a las regiones de Oaxaca hace apenas dos años por Alexis Vadillo, Hilda Santiago y Rodrigo Pérez entre otros jóvenes que conforman el equipo. Estos jóvenes católicos están comprometidos con su Fe tanto con la parroquia como dentro de sus otros aspectos de vida personal. El objetivo de esta iniciativa es llamar a los jóvenes a implicarse efectivamente en la obra de la evangelización, especialmente en las periferias y regiones pobres, durante la semana santa. Los jóvenes siempre responden con mucha generosidad y entrega, siempre dispuestos al servicio. La pastoral que se realiza es una pastoral cercana que permite a los jóvenes misioneros palpar con sus manos las realidades particulares de cada sector y de aportar, en la medida de lo posible, su humilde contribución. En general ésta comprende escuchar a las personas, visitar a las familias, administrar los sacramentos, organizar jornadas de reflexión y jugar con los niños y jóvenes de ahí, además de otras actividades de este tipo, cuyo objetivo es la profundización de la fe cristiana. En total se formaron 11 grupos, teniendo en cuenta el número de capillas que conforman la parroquia (una treintena) y contando cada uno con 7 a 12 misioneros. Cada uno de nosotros forma parte de uno de estos grupos destinados a un sector de esta parroquia. Nuestro grupo era de 11 misioneros: Abigail Moras, Annie Mendoza, Francisco Posada, Gabriela Burela, Isaac González, Jimena Patlán, Ricardo Lobo, Rodrigo Mijares, Sheila Méndez, Stephany Marchand y yo. Salimos de México a las 8:20 am. El viaje, efervescente y lleno de este calor juvenil se efectuó en un ambiente tan alegre que uno se sentía a gusto en medio de esta juventud entusiasta y ambiciosa. A las 12:40 nos detuvimos en Puebla 20 minutos. Después de comprar algunas provisiones retomamos nuestro camino hasta Huautla de Jiménez, una pequeña ciudad municipal del estado de Oaxaca, capital de la prelatura apostólica y la última parada antes de entrar en una zona sin señal telefónica. Esta escala le permitió a cada uno tener una última conversación telefónica con sus padres, amigos o conocidos. Estábamos por llegar cuando nos vimos envueltos en una capa espesa de neblina, obligando al valiente chofer a desacelerar. Este es un aspecto característico del clima de esta región Mazateca-Mixteca, siempre cubierta de neblina, con lluvias constantes, que confirma el nombre que se le da a su gente de «gente del país de la lluvia». Es una región esencialmente montañosa de un aspecto pintoresco. A las 7:30 pm, al llegar a nuestro destino, Ayautla, recibimos una bienvenida calurosa. Los organizadores de la misión lograron crear una atmósfera particular en este lugar y nos hemos encontrado como en casa. El padre Victor Villalobos, párroco de Santa María de la Asunción con el equipo de catequistas estaban ahí para recibirnos. Luego comenzamos a bajar las maletas, operación que nos tomó casi 40 minutos. La atribución de un color por cada grupo hacia la tarea un poco más fácil. Cada grupo fue llevado por sus catequistas hasta donde iba a estar en la semana. Nuestro grupo, con el color morado, acompañado de la catequista Claudia, tomó el camino de San Juan Coatzospam, uno de treinta sectores de la parroquia Santa María de la Asunción, donde nos quedaríamos por el resto de nuestra estancia. Nos dieron café, «tortillas gorditas» y frijoles. Después de la cena tuvimos un encuentro para enterarnos de las directivas y del programa de actividades diarias. Todo se cerró con la oración de la noche, dirigida por Annie Mendoza, Jimena Patlán e Isaac González. Dicha oración estaba compuesta por un momento de reflexión acerca de un texto del Papa Francisco sobre vivir la misericordia a través de actitudes humanas como la proximidad con los pobres, la lucha contra la violencia y las injusticias sociales. Domingo de Ramos: Nuestra primera mañana amanece con neblina y ya amenaza llover. A pesar de los caprichos del clima, debíamos empezar a trabajar. En este primer día todo el equipo se dedicó a la visita de las familias del pueblo. Habíamos visitado apenas tres familias cuando nos encontramos con el señor Nicolás Robles. Este joven comerciante del pueblo nos condujo hasta su depósito de venta de maíz donde platicamos mucho acerca de Dios. Luego procedimos a bendecir su depósito. Cuando ya nos íbamos nos ofreció un té de limón caliente y muy rico. Al salir, llegamos a la iglesia San Juan Coatzospam, unos minutos antes de iniciar la procesión de ramos. Es una iglesia muy antigua que data de 1750, dedicada al apóstol San Juan, muy venerado por el pueblo Mixteco a causa de sus múltiples milagros y cuya estatua gigantesca domina el lado superior de la Iglesia. Con simplicidad y fervor, la gente del pueblo portó los ramos para aclamar a Jesús y celebrar el anuncio de su vitoria ya próxima. Fue un momento conmovedor, lleno de alegría y de esperanza. Muchas personas del pueblo participaron. Como lo requiere la tradición, un enorme asno de arcilla montado por Jesús sonriendo, todo chapado sobre un cuadro de madera fue transportado por cuatro fuertes jóvenes. Sin embargo, después de ese momento de euforia y júbilo, nos encontramos con el shock brutal del sufrimiento de Jesús que nos había sido recordado. Al releer el relato de su pasión, encontramos sus rastros y huellas en nuestra propia carne, en el sufrimiento de los hombres de todos los tiempos. Al meditar sobre las pruebas de Cristo y la forma en que las vivió, comprendemos la profundidad de su amor y su cercanía por lo humano. Al sufrir su pasión, Cristo se revela de tal forma como uno de nosotros que nos hace sentirnos próximos a Él. Pero a la vez tan diferente, cuando consideramos todo el amor que lo mueve, la ausencia de oposición y de sentimiento de venganza, la moderación y la profunda libertad que lo caracterizan. Así, si nuestras penas y dolores nos hacen participar de su suerte, falta reconocer que nos queda mucho por hacer para imitar su valor, su fortaleza, su gran paz interior, su amor incondicional. Eso fue lo esencial de mi homilía, dada en español, pero traducida al mixteco para que todos la pudieran entender. Fue la catequista Claudia que hizo la traducción con mucha destreza verbal doblada de una fidelidad increíble al mensaje transmitido. Después de la celebración, nos tomamos un momento para platicar con algunas personas de las que participaron en la celebración. Luego los jóvenes misioneros comenzaron la recitación del rosario con la gente del pueblo, mientras que yo confesaba. Al final del día, después de cenar, tomamos un momento para hacer un examen de consciencia, seguido de la evaluación del día. La meditación que siguió estuvo centrada en el texto de San Mateo sobre la tentación de Jesús en el desierto. Después de haber establecido el programa del día siguiente, nos retiramos para la noche. El domingo de Pascua desayunamos con la familia de la pequeña Gema, después regresamos al dormitorio para hacer las maletas. Celebré la misa a las 11h00, delante de una asamblea compuesta en la mayoría por misioneros jóvenes provenientes de otros sectores de la parroquia y de gente del pueblo. Estuvo una celebración muy viva, orante y llena de fervor, sobre todo porque los jóvenes tomaron a cargo la animación litúrgica y el servicio. Después de misa, fue la hora de los saludos y de las despedidas. Fue un momento de muchas emociones. El viaje de regreso a México comenzó a las 12h45, animado de gritos de alegría. 15h45, nos detuvimos 45 minutos en Tuxtepec para comer algo. A las 2h10 de la madrugada llegamos a la parroquia Emperatriz de América, recibidos por un buen número de padres que venían por sus hijos. Este viaje fue para mí sinónimo de encuentros bellos al descubrir este rincón perdido de Oaxaca, con su paisaje variado y salvaje, sus habitantes y sus tradiciones. El pueblo Mixteco nos dio a conocer sus magníficas tradiciones. Diré que recibimos más que dimos. Como grupo, tuvimos también muchos momentos de diversión y de conversación donde las bromas y el buen humor estaban siempre presentes. ¡Quedan en mi memoria Claudia y Gema! La primera, por la vivacidad de su inteligencia. En efecto, supo traducir a la lengua mixteca con facilidad mis homilías y la gente lo apreció mucho. La segunda, simplemente por el hecho de que es una “joya” de niña, de una vivacidad legendaria y de una espontaneidad increíble. Fue ella que nos recibió con su sonrisa, las dos veces que fuimos a la casa de sus papás. También aprecié la sonrisa y la gentileza de las personas enfermas a pesar de su discapacidad, siempre llenas de felicidad, de esperanza y de fe. Y si hubieran estado ahí cuando nos despedimos, apuesto que no hubieran podido retener sus lágrimas. Una semana y dos días parecían años después de haber vivido tanto cariño. Tal vez, con un pequeño regalito, un poco de café, un producto artesanal, un poco de azúcar, ellos juntaban las palabras exactas para decir gracias. ¡Y muchos de nosotros lloramos! Cansado al final de esta maravillosa experiencia y del largo viaje, aquejado por una diarrea terrible, escribí esta bitácora de viaje con el peso del cansancio, pero sin ningún remordimiento, porque en mí queda un recuerdo de momentos y personas inolvidables! Sébastien Bangandu Mwanza, a.a.
- Las Hermanas Orantes de la Asunción
PRESENTACION Las Orantes de la Asunción forman un Instituto de vida contemplativa, fundadas en Paris, Passy, sobre la calle Berton, no 14, en la casa de las Oblatas de la Asunción, el 8 de diciembre del 1896 por Isabelle de Clermont-Tonnere (1849-1921) y el Padre Francisco Picard, asuncionista (1831-1903). Las Orantes de la Asunción son religiosas contemplativas en medio de la gran familia de la Asunción. Están consagradas a la oración por la Asunción y sus obras, por los sacerdotes, la Iglesia y el mundo. Hoy ellas comparten con toda la Asunción la misma pasión por el Reino de Dios. De la espiritualidad agustiniana, ellas buscan a vivir en comunidad este consejo de san Agustín:” Tener una sola alma y un solo corazón hacia Dios”. Las Orantes quieren estar a disposición de Dios juntas con sus hermanos y hermanas, estar atentas a las necesidades de los que las rodean, dando vida, entregándola en esta triple presencia. Ellas viven la oración, la vida fraterna y la atención a las necesidades de las personas en la sociedad, conjugando estas tres dimensiones en su vida. La vida de las hermanas Orantes está marcada por la oración silenciosa en la mañana, la liturgia de las Horas, el trabajo manual e intelectual, la lectura espiritual, la Eucaristía y la adoración eucarística. En esta reciben el espíritu de adoración que brille cada día en todas las realidades de su vida. PRESENCIA EN EL MUNDO Instituto Internacional de vida contemplativa de derecho diocesano, la congregación sigue siendo sencilla, absorbida en 1941 por la de Sacramentinas Marsella, fundada en 1639 por el padre Antoine Le Quien, O.P. En 1939 o un poco antes, las Orantes fundaron una segunda comunidad en Vigan (Gard) en Francia, lugar de nacimiento del padre Manuel d’Alzon, fundador de los Agustinos de la Asunción. Hoy las hermanas Orantes de la Asunción son 300 en 33 comunidades y en 17 países. La congregación de las Orantes es de origen francés. Desde 1896 extendió poco a poco su internacionalidad en Bélgica desde 1953, en Argentina (1959), en la República Democrática del Congo (1969), en Costa de Marfil (1985), en Madagascar (1992), en Togo (1997), en Tchad (2000), en Tanzania (2001), en Niger (2002), en Kenya (2004), en Kinshasa / República Democrática del Congo (2007), en Burkina Faso (2009), en Filipinas (2010), en México (2014) y en Italia (2014). La congregación cuenta con un centenar de asociados laicos en Francia, Argentina, República Democrática del Congo, Togo, Madagascar y Colombia que viven la espiritualidad agustiniana y asuncionista en relación con las comunidades Orantes. PRESENCIA EN MÉXICO Las hermanas Orantes de la Asunción llegamos a México en septiembre del 2014 después de dos estudios ambientales sucesivos realizados por la hermana Yolande de Champagnie, ex superiora general, quien murió hace 3 años, acompañada por la hermana Hangi Silvestrine en 2012 y la hermana Anne Huyghebaert en 2013, entusiasmadas por el Asuncionista padre Fataki Kakule Mwirawivu. Yo, hermana Patricia, fui la primera misionera que llegó a México el 24 de septiembre de 2014 y muy bien recibida al aeropuerto Internacional de la ciudad de México por el padre Joseph Mumbere Mahamba, a.a., y la hermana María Dolores Espinoza Morales, Superiora Provincial de las Religiosas de la Asunción en este tiempo. Dos días después, llegó la hermana Hermelinde Kyakimwa Kasivasi el 26 de septiembre de 2014. Nos quedamos en la casa provincial de Religiosas de la Asunción (Calzada de los Leones, 183 colonia las Águilas en la Ciudad de México) hasta el 30 de septiembre de 2014 antes de vivir un mes en Carrasco, Calle Piedra Filosofal N°8 colonia Isidro Fabela, delegación de Tlalpan, segunda comunidad de las Religiosas de la Asunción en la Ciudad de México. Las hermanas de esta comunidad buscaron un maestro de español para nosotras, el Sr. Gabriel, mientras esperábamos un mes de cursos intensivos en el CEPE (Centro de Enseñanzas Para Extranjeros) en la Universidad Autónoma de México (UNAM). El objetivo de nuestra llegada a México fue poder vivir unos meses de experiencia y discernimiento, que nos permitirían aprender el idioma y la cultura del país; y luego emprender la vida apostólica dentro del Albergue Nuestra Señora de Lourdes ubicada en la calle Hidalgo 81, Col Barrio del Nino Jesús, Tlalpan, y cuya misión es: Dar albergue temporal, orientación en su tratamiento, apoyo psicológico y espiritual a los enfermos. Además, nuestra misión consistiría en explorar oportunidades para responder como Orantes de la Asunción a las necesidades humanas y espirituales, así como contribuir a la labor y la organización para el cuidado de esta hermosa obra de acogida de los enfermos. El 17 de marzo de 2015 llega la hermana Stéphanie Kahambu Mbamulyakoki como tercera misionera. Formamos una comunidad de tres hermanas. Como comunidad, nuestro trabajo apostólico consistía en recibir a las personas que llegaban al Albergue, visitar a los enfermos en algunos hospitales, rezar con ellos y llevar la comunión a los que necesitan; acompañar a los moribundos (la mayoría tenía cáncer al estado terminal); supervisar la lavandería y la cocina. Cada una de nosotras tenía 8 horas de trabajo por día y un día de descanso por semana. Nuestro alojamiento, comida, agua, electricidad, gas, internet y atención médica estaban a cargo del Albergue. Cada una con su horario de trabajo, nos reuníamos solo a las horas de las Laudes, la Eucaristía y las vísperas. No teníamos momentos o espacios de vida comunitaria regular. Vivimos en el Albergue Nuestra Señora de Lourdes del 30 de septiembre de 2014 al 17 de marzo de 2017. Muy apreciadas por los gerentes del Albergue, el Sr. Vicente y la Sra. Magdalena, así como por el personal, también nos gustó trabajar con todos ellos y para los pobres. "Al elegir estos servicios, los más pobres serán privilegiados" RV 5. Después de esta experiencia del Albergue tuvimos que estudiar la posibilidad de una nueva fundación. En el momento apropiado, después de un diálogo franco entre la hermana Anne, Superiora General, los responsables del Albergue y nosotras, comenzamos a buscar una transferencia a otra diócesis donde la misión pueda promover la vida comunitaria, que es uno de los puntos importantes de nuestro carisma Orante. "Las comunidades deben ser lugares de formación y crecimiento, a través de la calidad de su oración, su vida evangélica y fraterna, su asistencia al trabajo y al estudio» RV 65. Luego, en un diálogo fraterno con la hermana María Dolores, provincial de las Hermanas de la Asunción, nos pusimos en contacto con el arzobispo de Puebla, Mons. Víctor Sánchez, quien respondió sin demora a nuestra solicitud. El 17 de marzo del 2017 se trasladó la comunidad a Tecamachalco - Puebla, bién recibidas por el Pbro. José Juan Calixto Alonso cura de la Parroquia Nuestra Señora de La Asunción de Tecamachalco y por Su Excelencia Monseñor Víctor Sánchez Espinosa arzobispo de Puebla de los Ángeles que nos instaló en la capilla de San José, parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en Tecamachalco, Puebla. Nuestra misión se realiza especialmente en la pastoral parroquial: animación de misas, catequesis, visitas a los enfermos. Además de las actividades parroquiales, visitamos a los prisioneros una vez por semana, acojamos a muchas personas pobres que necesitan orientación moral, espiritual y sobre todo económica. Acompañamos a muchos a la Caritas municipal. Como misioneras, siempre estamos dispuestas para responder a las necesidades que surgen en la congregación o en la iglesia, en obediencia a nuestra superiora general. Así, la hermana Stephanie se fue el 25 de octubre de 2018 por una emergencia en nuestra comunidad en Bélgica, reemplazada por la hermana Norma Sosa Beatriz originaria de Argentina que había llegado el 29 de julio de 2018. Quien por razones de salud regresó a Argentina el 17 de agosto del 2019. Hasta ahora llevamos ya tres años aquí en Tecamachalco. A parte del trabajo apostólico que realizamos, nuestro profundo deseo es encontrar vocaciones a la vida orante para poder seguir con la obra del advenimiento del Reino de Dios en México y en el mundo. Hna Patricia Kavira Kamavu, Ora.
- El noviciado, una experiencia transformadora
Muchas veces queremos que Dios responda a nuestras preguntas como si habláramos con alguien que conocemos, pero en realidad la voluntad de Dios se va revelando a través de las personas y situaciones. Así es como describo mi experiencia en Filipinas, como un tiempo de escucha, discernimiento, confrontación y transformación. En el noviciado tenemos la oportunidad de guardar silencio, hacer oración y contemplar; esto con el propósito de escuchar la voz de Dios resonando en mi interior y así poder discernir lo que Él quiere para mí. En la misma línea, el silencio y el discernimiento confrontan mi persona pero me llevan también a transformar esos aspectos que no me ayudan a crecer en la fe, el amor y el servicio a los demás. Algunos de los retos que encontré fueron el idioma, la comida y la cultura. Esto requirió de mucho esfuerzo para aprender a comunicarme y aceptar las diferencias entre la cultura asiática y la cultura mexicana. Por otra parte descubrí la riqueza que hay en la diversidad. Viví con hermanos de la República Democrática del Congo, Nigeria, Corea del Sur, India y Filipinas, y esta situación me ayudó a entender y vivir esas palabras de nuestra regla de vida que dicen: ''Nos aceptamos diferentes porque Aquel que nos une es más fuerte que aquello que nos separa'' (RV 8). Al final, me di cuenta de que esto fue solo el principio de un proceso de formación que dura toda la vida. Ahora que estoy de regreso en mi país me siento sumamente agradecido con Dios y con la Asunción por la oportunidad de descubrir nuevas cosas y acrecentar mi íntima comunicación con Dios para estar al servicio del Reino. Rafael Huerta Ramos, a.a.
- Promoción vocacional asuncionista en México
Sabemos que es un gran desafío hoy en día la promoción vocacional. Ya que el “vengan y verán” (Jn 1, 39) que pronunció Jesús al llamar a Juan y Andrés debe convertirse en el camino a seguir, para continuar a dar eco al llamado que Dios hace al hombre. De ahí la necesidad de comunidades acogedoras y capaces de compartir su ideal de vida con los jóvenes que quieren servir al Señor. Padre Jesús Tlecuile Mixteco, religioso asuncionista mexicano, originario de Magdalena (Orizaba-Veracruz), parroquia San Juan Bautista, es el actual responsable de la promoción vocacional asuncionista de la región de México. Leámosle: En estos años, se me encomendado este proyecto de la promoción vocacional y acompañamiento en los jóvenes. Por medio de la gracia recibida de Dios a la vida religiosa y sacerdotal estoy dando respuesta al compromiso y la confianza de nuestra comunidad religiosa en México. Gracias a Dios y a la experiencia vivida puedo acompañar los jóvenes en su búsqueda y facilitarles medios para que realizan su vocación. La comunidad parroquial es la que llama, convoca y anima y dentro de las pastorales especificas impulsa a que los jóvenes descubran los estados de las vocaciones específicas, (vida laical, vida religiosa y sacerdotal) donde van conociendo nuestro carisma y espiritualidad, concretamente en el apostolado. En donde lo más importante es que los jóvenes se sientan parte de la Iglesia, independientemente de la vocación o profesión que elijan. Donde se les ofrece crecer en la vida humana y espiritual, en la libertad del seguimiento de JESUCRISTO. Hoy en día, no es fácil encontrar hombres y mujeres valientes para dar respuesta a los retos de la vida religiosa y social. Por eso entiendo que el propósito es animar a los jóvenes en su vocación desde nuestras experiencias como comunidades religiosas y parroquiales. Confiados a la obra del Espíritu Santo en el mundo y en cada uno de nosotros, aunamos nuestros esfuerzos como región, para que Dios siga moviendo los corazones de jóvenes dispuestos a entregar su vida al seguimiento de Jesús y el advenimiento de su Reino en nuestro mundo. “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lc 9,23) Pbro Jesús Tlecuile Mixteco a.a.