En la ciudad de Naranjal, Veracruz, México, el día sábado 7 de diciembre de 2024, a las 12:10, se celebró un momento lleno de emoción y espiritualidad: los votos perpetuos de una amiga muy querida, Ivonne Rodríguez Luna, de la Congregación de las Hermanas Oblatas de la Asunción. Esta ceremonia, que marcó un hito en su vida y en la de la comunidad, fue testigo de una entrega profunda y un compromiso irrevocable con Dios y con la misión de servir a los demás.
Un camino de fe
Desde pequeña, Ivonne, como muchos otros, soñó con encontrar un propósito de vida que fuera más allá de lo terrenal. La llamada a la vida religiosa fue un susurro suave al principio, pero se fue haciendo más claro con el tiempo. Su encuentro con las Hermanas Oblatas de la Asunción en Naranjal fue un parteaguas en su vida.
Al ingresar a la congregación, comenzó a experimentar una vida de oración, servicio y formación que le permitió conocer en profundidad el carisma de la
congregación: la entrega a Dios a través de la educación, el acompañamiento y la evangelización. En cada paso, Ivonne fue reafirmando su vocación, aprendiendo a vivir la castidad, pobreza y obediencia con gozo y generosidad. A medida que pasaron los años, los lazos con sus hermanas de comunidad se fortalecieron, y la certeza de su llamado a seguir a Cristo de manera total se hizo aún más firme.
La celebración de los votos perpetuos
La celebración de los votos perpetuos fue presidida por el padre Louis Kivuya Muke, superior Regional de Mexico. Recibió los votos la hermana Zoé VANDERMERSCH, superior General de las hermanas Oblatas de la Asunción.
Fue un acontecimiento que conmovió profundamente a Ivonne y a todos los presentes. En una iglesia adornada con flores y llena de vida, la parroquia de San Cristóbal, sus hermanas y familiares se reunieron para compartir ese momento de gracia. El altar, rodeado de velas y símbolos religiosos, fue el escenario donde Ivonne, con una sonrisa serena pero llena de emoción, entregó su vida por completo a Dios.
En el rito de los votos, Ivonne renovó su promesa de vivir los tres votos fundamentales: pobreza, castidad y obediencia. Fue un momento de profunda reflexión, en el que se sintió más cerca de Dios y de su misión en la congregación. Las palabras de la consagración resonaron en su corazón, y su alma se llenó de paz y alegría al saber que había hecho la elección más importante de su vida.
Los votos perpetuos no son solo una formalidad religiosa, sino un testimonio público de un amor y dedicación total a la vida consagrada. Es un compromiso que va más allá de las palabras, una promesa vivida día a día a través de las obras.
El testimonio de la comunidad
La celebración de los votos perpetuos de Ivonne fue un acto que no solo impactó su vida, sino también la de la comunidad. La emoción se vivió a flor de piel en cada rostro de los hermanos, los familiares y los amigos presentes. Ver a una joven entregarse por completo a Dios llenó de esperanza a todos los presentes, quienes se sintieron inspirados por su dedicación.
La comunidad de Naranjal, Veracruz, se siente privilegiada de contar con una hermana que, a través de su ejemplo, demuestra que la verdadera felicidad se encuentra en el servicio desinteresado y en la entrega total al amor divino.
Reflexión final
Los votos perpetuos de Ivonne son una invitación a todos a reflexionar sobre el verdadero sentido de la vida. En un mundo que a menudo se distrae con lo superficial, su decisión de seguir a Cristo con todo su ser nos recuerda que la vida tiene un propósito más profundo y que el amor y la fe son los valores que realmente transforman el mundo.
Para Ivonne y la Congregación de las Hermanas Oblatas de la Asunción, los votos perpetuos son el principio de un camino eterno de amor y servicio a Dios. Un testimonio de esperanza que inspira y renueva la fe de todos aquellos que, como ella, buscan vivir de acuerdo con el llamado divino, en medio de la vida cotidiana y el servicio al prójimo.
Por Rebeca Lorena González Alfonzo
Es muy hermoso ver cómo Dios nos habla a través de las personas y nos enseña mucho !
Debemos aprender a escuchar …
Felicidades Hermana .
Bendiciones !